Los frutos de la nueva exploración petrolera que se iniciará a partir del Acta de Entendimiento firmado entre Petrobras Bolivia SA, y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en el acuerdo marco entre Bolivia y Brasil, en el mejor de los casos se los verá en tres o cuatro años.
Como se dio a conocer, existe el compromiso de Petrobras de invertir alrededor de 750 a 1.000 millones de dólares en el sector hidrocarburífero nacional en los actuales campos de producción de San Antonio, San Alberto e Ingre, así como en estudios de exploración en las áreas de interés convenidas que son: Bloque Carohuaicho; Bloque Astillero; y Bloque Cedro Moreno, en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz de la Sierra.
“En pocas palabras, el alcance de lo suscrito no alcanza sino a un entendimiento de buenas intenciones para realizar un estudio. Esto demuestra –sin lugar a dudas–, que reparar el daño que el propio Gobierno ha causado intencionalmente a las relaciones con Brasil y Petrobras, por alinearse ciega y totalmente con Venezuela, tomará mucho más que unas simples declaraciones de ‘sana sana’ y unas fotos ante las cámaras entre Evo y Lula”, afirmó una ex autoridad del sector de hidrocarburos consultado respecto a esta Acta de Entendimiento.
Respecto a los convenios de estudio, agregó que Petrobras “no está corriendo ni trayendo maletines de dólares para volver a invertir en el país y lo previsible es que de los anuncios de inversión, ésta, tal como ya se percibe en la actualidad en todo el sector, se dé exclusivamente en los plazos y montos requeridos para cumplir con los contratos vigentes. Y en el caso de Petrobras, en los plazos y montos necesarios para garantizar, por el tiempo que Brasil aún lo requiera, la exportación de los 30 MMmcd a Sao Paulo”.
Rentabilidad
Respecto a que el contrato garantice una rentabilidad adecuada para las partes, la fuente consultada observó que “garantizar una rentabilidad adecuada para las partes, cuando quien realizará cualquier inversión será Petrobras, en vista de la ya flagrante y confirmada falta de capacidad técnica, operativa y financiera de YPFB, implica necesariamente que Petrobras ostentará la participación mayoritaria de cualquier proyecto”.
No obstante, en el Acta se establece que YPFB detentará el 51 por ciento de cualquier participación futura en la explotación comercial de hidrocarburos, mientras que Petrobras correrá con todos los gastos de los estudios de exploración.
“Por lo tanto, pretender que los derechos y obligaciones sean proporcionales a las partes es simplemente iluso o un engaño: o quien invierte más tiene una mayor participación, o eventualmente se le reconoce y compensa, con intereses, sus inversiones; y si YPFB y el Estado boliviano creen disponer de recursos económicos para compensar a Petrobras por inversión y operación, entonces ¿por qué no invierten ellos sin tener que buscar una muleta transnacional? ¿No fue eso, justamente, lo que Sánchez de Lozada hizo con la Enron? Y, no lo hizo en exactamente la misma manera, ¿sin licitación y por simple invitación de amigos?”, afirmó la ex autoridad.
Finalmente, recalcó que cualquier actividad de exploración en el país en el corto plazo “dará frutos, si los da, de tres a cuatro años, lo que indica que, más allá del show mediático y la firma de buenas intenciones, en términos prácticos, de producción y de enfrentar el déficit que hoy ya se registra y que se profundizará indefectiblemente el próximo año, éstos anuncios no significan absolutamente nada”.
Como se dio a conocer, existe el compromiso de Petrobras de invertir alrededor de 750 a 1.000 millones de dólares en el sector hidrocarburífero nacional en los actuales campos de producción de San Antonio, San Alberto e Ingre, así como en estudios de exploración en las áreas de interés convenidas que son: Bloque Carohuaicho; Bloque Astillero; y Bloque Cedro Moreno, en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz de la Sierra.
“En pocas palabras, el alcance de lo suscrito no alcanza sino a un entendimiento de buenas intenciones para realizar un estudio. Esto demuestra –sin lugar a dudas–, que reparar el daño que el propio Gobierno ha causado intencionalmente a las relaciones con Brasil y Petrobras, por alinearse ciega y totalmente con Venezuela, tomará mucho más que unas simples declaraciones de ‘sana sana’ y unas fotos ante las cámaras entre Evo y Lula”, afirmó una ex autoridad del sector de hidrocarburos consultado respecto a esta Acta de Entendimiento.
Respecto a los convenios de estudio, agregó que Petrobras “no está corriendo ni trayendo maletines de dólares para volver a invertir en el país y lo previsible es que de los anuncios de inversión, ésta, tal como ya se percibe en la actualidad en todo el sector, se dé exclusivamente en los plazos y montos requeridos para cumplir con los contratos vigentes. Y en el caso de Petrobras, en los plazos y montos necesarios para garantizar, por el tiempo que Brasil aún lo requiera, la exportación de los 30 MMmcd a Sao Paulo”.
Rentabilidad
Respecto a que el contrato garantice una rentabilidad adecuada para las partes, la fuente consultada observó que “garantizar una rentabilidad adecuada para las partes, cuando quien realizará cualquier inversión será Petrobras, en vista de la ya flagrante y confirmada falta de capacidad técnica, operativa y financiera de YPFB, implica necesariamente que Petrobras ostentará la participación mayoritaria de cualquier proyecto”.
No obstante, en el Acta se establece que YPFB detentará el 51 por ciento de cualquier participación futura en la explotación comercial de hidrocarburos, mientras que Petrobras correrá con todos los gastos de los estudios de exploración.
“Por lo tanto, pretender que los derechos y obligaciones sean proporcionales a las partes es simplemente iluso o un engaño: o quien invierte más tiene una mayor participación, o eventualmente se le reconoce y compensa, con intereses, sus inversiones; y si YPFB y el Estado boliviano creen disponer de recursos económicos para compensar a Petrobras por inversión y operación, entonces ¿por qué no invierten ellos sin tener que buscar una muleta transnacional? ¿No fue eso, justamente, lo que Sánchez de Lozada hizo con la Enron? Y, no lo hizo en exactamente la misma manera, ¿sin licitación y por simple invitación de amigos?”, afirmó la ex autoridad.
Finalmente, recalcó que cualquier actividad de exploración en el país en el corto plazo “dará frutos, si los da, de tres a cuatro años, lo que indica que, más allá del show mediático y la firma de buenas intenciones, en términos prácticos, de producción y de enfrentar el déficit que hoy ya se registra y que se profundizará indefectiblemente el próximo año, éstos anuncios no significan absolutamente nada”.
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