martes, 11 de diciembre de 2007

Producción nacional de gas requiere más inversiones





La expectativa creada en torno a la producción del pozo exploratorio Huacaya X–1 ha sido calificada solamente como eso: “expectativa”, en tanto no se disponga de los análisis definitivos acerca de los volúmenes que podría tener como reserva, en criterio de analistas consultados por este medio.

Además, critican que se hubiera armado “un circo” por un descubrimiento –en base a un solo pozo– “en realidad no puede considerarse como ‘mega campo’ hasta que se hagan más perforaciones y se confirme la estructura del campo. Tampoco puede calificarse como un gran descubrimiento, porque puede tratarse de un pequeño bolsón con mucha presión, pero no necesariamente con reservas al igual que Margarita, aunque pertenezca a la misma formación o estructura”.

Una ex autoridad del área de hidrocarburos fue bastante clara al afirmar que Bolivia tiene gas en abundancia desde que el proceso de capitalización posibilitó que las reservas de gas natural hubieran crecido de 5 Trillones de Píes Cúbicos (TCF, por su sigla en inglés), a las 48 certificadas a enero de 2004.

“Ese no es un gran descubrimiento, más al contrario se trata de una constatación que el territorio nacional tiene aún inmensas reservas de gas natural, pero no se tiene que perder de vista que para que esa riqueza nacional sea aprovechada por el pueblo es necesaria e imprescindible desarrollar esos campos en base a más inversión”, afirmó la ex autoridad consultada que pidió reserva de su identidad.

El Huacaya X-1 forma parte del bloque Caipipendi, que abarca a los departamentos de Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz, aunque sólamente se tiene expectativa en los pozos de Margarita y ahora de Huacaya, una vez que hasta el próximo 24 de diciembre se certifique las reales y verdaderas reservas existentes en ese reservorio.

Explotación

Aunque la presión inicial del pozo exploratorio arrojó 7000 libras por pulgada cuadrada, los técnicos de la empresa española Repsol–YPF explicaron que aún resta realizar las pruebas de multiflujo hasta encontrar el choque óptimo para la salida del gas.

Es decir, la perforación se inició 32 pulgadas y luego fue estrechándose hasta llegar a las 6 pulgadas a los 4.800 metros de profundidad y las pruebas que se realizarán deberán establecer cuál es el diámetro óptimo para realizar la explotación del pozo.

Además, se debe tener en cuenta que en este caso se trata de gas asociado, es decir que tiene un interesante porcentaje de líquidos en forma de petróleo o gasolina natural que imprescindiblemente debe ser separado.

No obstante, el experto consultado por este medio desestima las cifras del Ministerio de Hidrocarburos en la solicitada del pasado domingo, donde se afirma “irresponsablemente” que: “...se prevé confirmar, en la gigantesca formación Huamapampa, acumulaciones de gas con un nivel mínimo de reservas de 1,575 TCFE (Trillones de Píes Cúbicos de Gas equivalentes), lo cual está compuesto por 1,342 TCF y 38,9 millones de barriles de petróleo. Los estudios y las pruebas finales culminarán este 24 de diciembre”.

Mientras que los técnicos de Repsol no se animaron a mencionar siquiera una cifra aproximada de la capacidad de extracción ni mucho menos sobre las reservas que implicaría el pozo Huacaya X–1, no obstante, mencionaron que además resta determinar a que área de la formación Huamapampa pertenece, si a la extensión mayor o solo a un bolsón de alta presión.

“Es triste e irresponsable el que los inversionistas se presten a este engaño; además es irresponsable para los propios inversionistas avalar un juego político del Gobierno boliviano poniendo en luego su reputación internacional. Lo que están señalando, aparentemente, por 1,3 TCF desde ningún punto de vista es un megacampo, más aún tratándose de un solo pozo y que a lo más que llega es a un ´mich’icampo` ”, `mencionó el ex Ministro consultado.

Inversiones

No obstante, afirmó que de confirmarse al 24 de diciembre esa potencialidad, tampoco será una sorpresa, porque –a modo de ejemplo–, mencionó que en el caso del pozo Margarita el mismo fue descubierto en abril del año 2000 y certificado el año 2001 con 6,5 TCF’s y posteriormente rectificado a 5.1 TCF de reservas probadas (P1); mientras que el año 2002 esas reservas probadas fueron establecidas en 6,4 TCF. En tanto que entre las reservas probables (P2) y posibles (P3) se estima que llega a 6,9 TCF, totalizando 13,4 TCF.

“Sin embargo, Margarita desde su descubrimiento hasta la fecha, poco más de seis años, no está en plena explotación, ya que solo aporta con 3 millones de metros cúbicos diarios de gas y aunque se encuentra en su primera fase está varado en inversiones al igual que Itaú, operado por Total”, afirmó la fuente consultada.

Agregó que lo que se requiere son inversiones frescas, es decir que –a modo de ejemplo–, el desarrollo de Huacaya traerá consigo por lo menos 50.000 barriles adicionales de petróleo, que implica que en dos años se tiene que duplicar la capacidad de transporte y refinamiento de líquidos.

“Si tomamos en cuenta 7.400 millones de dólares de inversión en dos años –que implica un ritmo anual de 3.700 millones–, debemos considerar que en Bolivia lo máximo que se logró traer en inversión fue 1.034 millones de dólares por año en la época de la capitalización”, aseveró la fuente consultada.

Finalmente, sostuvo que desde un punto de vista estrictamente logístico, “es literalmente imposible que Bolivia pueda canalizar, en el corto plazo, 3.300 millones de inversión, cuando las condiciones aún no están dadas”.

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