La reciente adjudicación del yacimiento petrolífero de Libra, en Brasil, para su exploración, abre la posibilidad de que ese país pueda contar con reservas de hasta 12 mil millones de barriles de petróleo, una cantidad que puede incluir 14 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural.
Según estimaciones de especialistas brasileños, esas cifras permitirían doblar las reservas probadas de su país y viabilizar la producción de unos 55 millones de metros cúbicos por día (MMCD) de gas, casi el doble del actual consumo de su industria.
El impacto que esa producción de gas podría tener para Bolivia, considerando que Brasil es su principal mercado junto a Argentina, genera diferentes posturas entre especialistas bolivianos.
Mientras por un lado se considera que reconfiguraría el actual panorama energético, por el otro se considera que el impacto no sería significativo, al menos no a corto plazo.
El exministro de Energía, Hugo Del Granado, señala que ese potencial, sin contar otros proyectos brasileños en pos de la autosuficiencia energética, ponen a Bolivia es una situación compleja considerando que está próxima a renegociar los contratos de exportación de gas con Brasil.
"Significa una reconfiguración del panorama porque se podrían complicar las negociaciones de Bolivia para renovar el contrato.
No se duda del interés brasileño, pero las condiciones van a ser más difíciles y es muy poco probable que se renueve por otros 20 años, tampoco se puede pensar en el mismo volumen ni en el mismo precio", dice Del Granado.
Añade que no se debe perder de vista que Argentina también va a tender a bajar su demanda con el desarrollo de la formación de petróleo y gas de esquisto de Vaca Muerta.
Considera que ese panorama obligará a Bolivia no sólo a ceder ante las demandas de sus compradores de gas, sino también a profundizar la industrialización para transformar el gas superavitario que produzca y a buscar otros mercados alternativos o complementarios.
El especialista puntualiza que Chile es el mercado más lógico; pero supondría ir en contra de la plataforma política del actual Gobierno que ha estado asentada en la negativa a venderle gas a ese país por el diferendo marítimo.
Para los analistas Bernardo Prado y Álvaro Ríos el panorama no parece ser tan complicado, pues Prado considera que, por el momento, el campo de Libra no es una amenaza para el gas boliviano considerando que el gas que se produce en Brasil es más caro que el gas que le vende Bolivia y Ríos añade que el desarrollo del campo no es inmediato y tomará al menos ocho a 10 años.
Carlos Miranda, también exministro de Energía, señala que al ser productor de petróleo, Libra no supone efectos a corto plazo.
“Es un campo muy importante, pero no para nosotros. Le ayudará a Petrobras (la estatal petrolera de Brasil) a disminuir la subvención para su mercado interno, pero va a tomar su tiempo”.
Miranda señala que el petróleo siempre va asociado con gas, pero no en proporciones que afecten en un futuro cercano a Bolivia. “En tres a cuatro años recién comenzaremos a sentir a Libra”, apunta.
Mientras, en Brasil, los especialistas Paulo Pedrosa, principal ejecutivo, y Ricardo Pinto, coordinador de energía térmica de la Asociación Brasileña de Grandes Consumidores de Energía Industrial y Consumidores Libres (Abrazo) tienen claro el panorama nacional.
En un artículo publicado en la revista Valor, señalan que la abundancia de Libra abre un abanico de oportunidades a Brasil; pero su exploración conlleva el riesgo de generar una “euforia económica” alrededor del petróleo que descuidaría el desarrollo en otros rubros y zonas geográficas. Lo bueno es que el gas natural aparejado al petróleo de Libra es considerado “el antídoto” pues, en grandes volúmenes y a precios competitivos estimulará la inversión, promoverá el desarrollo, la generación de empleo y el crecimiento de la renta brasileña.
DETALLES SOBRE LA ADJUDICACIÓN DEL CAMPO
Inversión millonaria
Desarrollar el hallazgo en el campo de Libra requerirá una inversión de por lo menos unos 200.000 millones de dólares en los próximos cinco años.
Adjudicatarias del campo
El campo fue adjudicado a China National Corporation, China National Offshore Oil Corporation, a la francesa Total y a la anglo-holandesa Shell.
Réditos
El Gobierno de Brasil recibirá casi 7.500 millones de dólares por bono de asignación de contrato. Petrobras tiene 40 por ciento de participación en el consorcio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario