La renovación del contrato por el que Brasil importa 30 millones de metros cúbicos diarios de gas natural boliviano y que vence en 2019 interesa tanto a Brasil como a Bolivia, dijo hoy una fuente de la petrolera brasileña Petrobras.
"Se trata de un negocio que interesa a los dos lados porque existe un gasoducto construido. Si Bolivia tiene gas, ¿qué va a hacer con él? ¿Va a construir un nuevo gasoducto para exportarlo o a utilizar uno ya existente", dijo en entrevista a Efe el director financiero de Petrobras, Almir Barbassa.
El ejecutivo agregó que a Brasil también le interesa mantener el suministro boliviano aunque aclaró que actualmente tiene "más flexibilidad que en el pasado" para sustituir el gas natural de ese país por el de otras fuentes.
"El mercado brasileño es un mercado creciente que podrá tener la demanda para consumir ese gas. La renovación permite ganar a ambas partes: suple al mercado brasileño, utiliza una capacidad instalada y genera riqueza para los bolivianos", según Barbassa.
El presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, admitió el lunes en una rueda de prensa que Brasil tendrá en 2020, es decir un año después del vencimiento del contrato con Bolivia, una demanda no atendida de gas natural de cerca de 27 millones de metros cúbicos diarios.
Según las proyecciones de Gabrielli, el consumo de gas natural en Brasil pasará de 96 millones de metros cúbicos diarios este año hasta cerca de 200 millones en 2020.
Sin embargo, en ese periodo la oferta del combustible sólo aumentará de 106 a 173 millones de metros cúbicos.
Ese déficit de 27 millones de metros cúbicos será consecuencia del mayor consumo de gas en Brasil para producir fertilizantes y porque la actual demanda del combustible para las plantas térmicas de generación de energía subirá de 38 a 76 millones de metros cúbicos diarios hasta 2020.
Gabrielli, que no citó la renovación del contrato con Bolivia, afirmó que la compañía aún tiene tiempo para desarrollar los proyectos necesarios para garantizar el abastecimiento en 2020.
Entre esos proyectos figura la construcción de dos plantas de regasificación de gas natural licuado que puede ser importado en navío desde diferentes países productores.
Interrogado sobre si el déficit previsto de gas obligará a Petrobras a renovar su contrato con Bolivia, Barbassa advirtió de que "la palabra obligar no es la adecuada para referirse a negocios".
"No tenemos la obligación, incluso porque tenemos más flexibilidad que en situaciones pasadas", afirmó Barbassa al referirse a las reservas de gas descubiertas en Brasil y a las plantas que tiene para regasificar gas natural licuado importado de otros países.
"Todavía falta mucho para 2020. Mucho puede ocurrir hasta allá, incluso el crecimiento de la producción brasileña", afirmó.
Barbassa aseguró que la futura demanda también dependerá del comportamiento del mercado y de las alternativas tecnológicas que sean desarrolladas para la producción de energía y que sustituyan las plantas térmicas.
"La diferencia entre 200 millones de metros cúbicos de demanda y 173 millones de metros cúbicos de oferta es pequeña, un poco más del 10 por ciento", dijo.
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