El descubrimiento del pozo Huacaya X-1 le permitirá a Chuquisaca incrementar sus regalías petroleras en al menos 3.000%, pasando de los actuales $us 5 millones a 150 millones anuales (30 veces más), según los cálculos de la Prefectura chuquisaqueña y de expertos en hidrocarburos.
Gracias al Huacaya X-1, ubicado en el municipio del mismo nombre —hasta ahora, uno de los más pobres del país por sus bajos indicadores socioeconómicos—, Chuquisaca subió del cuarto al segundo lugar entre los departamentos productores de hidrocarburos. Así, esta región quedó detrás de Tarija y desplazó a Santa Cruz al tercer lugar.
Américo Murguía, asesor en hidrocarburos de la Prefectura, señala que actualmente Chuquisaca percibe entre cuatro a cinco millones de dólares anuales.
“Pero con la contribución de este nuevo campo, estaríamos magnificando esa cantidad en aproximadamente 100 a 150 millones de dólares al año”.
Aclara, sin embargo, que este incremento recién se concretará una vez que el Huacaya X-1 entre en etapa de producción, es decir, en no menos de dos años.
Ese es el tiempo que tiene la empresa petrolera que trabaja en este campo, Repsol-YPF, para presentar un plan de desarrollo a Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y tiene cinco años para comenzar a operar, según Américo Murguía.
De acuerdo con las primeras estimaciones de la petrolera Repsol-YPF, el pozo en cuestión produciría unos 800.000 metros cúbicos de gas natural por día.
Allí, la compañía hispano-argentina invirtió 60 millones de dólares, perforando hasta 4.800 metros de profundidad.
El Huacaya X-1, colindante al campo tarijeño de Margarita, en la provincia Luis Calvo, al sur de Chuquisaca, se suma a Vuelta Grande, el único pozo en producción en este departamento, además de Incahuasi —compartido con Santa Cruz— que fue descubierto por la empresa francesa Total y por el momento se encuentra paralizado.
En la actualidad, se desarrollan estudios para establecer con precisión la magnitud del campo recientemente descubierto y también para definir si tiene o no conexión con Margarita.
Por este motivo, el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, anunció hace algunos días que Huacaya no producirá este año.
La Prefectura de Chuquisaca, por su parte, organiza para fin de mes un seminario en el que participarán especialistas en el área.
El evento tiene por objetivo analizar las perspectivas de desarrollo de este departamento a partir del nuevo panorama que se abre con el Huacaya X-1. Murguía anticipa que para esa ocasión, presentará un plan hidrocarburífero departamental.
La importancia de este descubrimiento —el primero en la actual gestión gubernamental, que fue anunciado por el presidente Evo Morales junto a los ejecutivos de la Repsol-YPF el 7 de
diciembre— radica en las expectativas por cubrir los compromisos de exportación de gas adquiridos con Brasil y Argentina, al margen de las necesidades internas que, según el Gobierno, son una prioridad nacional.
Con Argentina, el contrato prevé llegar a proveer 27,7 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd) de gas, mientras que con Brasil, son más de 30 MMmcd, un volumen total que hoy está lejos de ser garantizado. La producción boliviana de gas continúa siendo deficitaria.
El experto en hidrocarburos Mirko Orgaz calcula que, si se cuenta a Incahuasi y a Huacaya, Chuquisaca posee unas reservas que se acercan a los 20 trillones de pies cúbicos de gas (TCF, por sus siglas en inglés), con un valor como materia prima de 120.000 millones de dólares.
Murguía y Orgaz han coincidido por separado, en la necesidad de industrializar el gas para beneficiar con mayores recursos económicos, tanto al país en general como al departamento productor en particular.
El asesor de la Prefectura habla de invertir en infraestructura de adecuación de los hidrocarburos, de una planta de separación de los líquidos del gas, y de un sistema de medición de las reservas.
El experto Orgaz, por su parte, sostiene que “Chuquisaca debe resolver el dilema de convertirse en un departamento con una economía rentista e improductiva, como Tarija, que vive intensas disputas entre provincias por regalías, o industrializar su gas para multiplicar sus ingresos y crear, junto a sus regiones petroleras, una sólida estructura productiva de largo plazo para salir de su histórica pobreza”.
Gracias al Huacaya X-1, ubicado en el municipio del mismo nombre —hasta ahora, uno de los más pobres del país por sus bajos indicadores socioeconómicos—, Chuquisaca subió del cuarto al segundo lugar entre los departamentos productores de hidrocarburos. Así, esta región quedó detrás de Tarija y desplazó a Santa Cruz al tercer lugar.
Américo Murguía, asesor en hidrocarburos de la Prefectura, señala que actualmente Chuquisaca percibe entre cuatro a cinco millones de dólares anuales.
“Pero con la contribución de este nuevo campo, estaríamos magnificando esa cantidad en aproximadamente 100 a 150 millones de dólares al año”.
Aclara, sin embargo, que este incremento recién se concretará una vez que el Huacaya X-1 entre en etapa de producción, es decir, en no menos de dos años.
Ese es el tiempo que tiene la empresa petrolera que trabaja en este campo, Repsol-YPF, para presentar un plan de desarrollo a Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y tiene cinco años para comenzar a operar, según Américo Murguía.
De acuerdo con las primeras estimaciones de la petrolera Repsol-YPF, el pozo en cuestión produciría unos 800.000 metros cúbicos de gas natural por día.
Allí, la compañía hispano-argentina invirtió 60 millones de dólares, perforando hasta 4.800 metros de profundidad.
El Huacaya X-1, colindante al campo tarijeño de Margarita, en la provincia Luis Calvo, al sur de Chuquisaca, se suma a Vuelta Grande, el único pozo en producción en este departamento, además de Incahuasi —compartido con Santa Cruz— que fue descubierto por la empresa francesa Total y por el momento se encuentra paralizado.
En la actualidad, se desarrollan estudios para establecer con precisión la magnitud del campo recientemente descubierto y también para definir si tiene o no conexión con Margarita.
Por este motivo, el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, anunció hace algunos días que Huacaya no producirá este año.
La Prefectura de Chuquisaca, por su parte, organiza para fin de mes un seminario en el que participarán especialistas en el área.
El evento tiene por objetivo analizar las perspectivas de desarrollo de este departamento a partir del nuevo panorama que se abre con el Huacaya X-1. Murguía anticipa que para esa ocasión, presentará un plan hidrocarburífero departamental.
La importancia de este descubrimiento —el primero en la actual gestión gubernamental, que fue anunciado por el presidente Evo Morales junto a los ejecutivos de la Repsol-YPF el 7 de
diciembre— radica en las expectativas por cubrir los compromisos de exportación de gas adquiridos con Brasil y Argentina, al margen de las necesidades internas que, según el Gobierno, son una prioridad nacional.
Con Argentina, el contrato prevé llegar a proveer 27,7 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd) de gas, mientras que con Brasil, son más de 30 MMmcd, un volumen total que hoy está lejos de ser garantizado. La producción boliviana de gas continúa siendo deficitaria.
El experto en hidrocarburos Mirko Orgaz calcula que, si se cuenta a Incahuasi y a Huacaya, Chuquisaca posee unas reservas que se acercan a los 20 trillones de pies cúbicos de gas (TCF, por sus siglas en inglés), con un valor como materia prima de 120.000 millones de dólares.
Murguía y Orgaz han coincidido por separado, en la necesidad de industrializar el gas para beneficiar con mayores recursos económicos, tanto al país en general como al departamento productor en particular.
El asesor de la Prefectura habla de invertir en infraestructura de adecuación de los hidrocarburos, de una planta de separación de los líquidos del gas, y de un sistema de medición de las reservas.
El experto Orgaz, por su parte, sostiene que “Chuquisaca debe resolver el dilema de convertirse en un departamento con una economía rentista e improductiva, como Tarija, que vive intensas disputas entre provincias por regalías, o industrializar su gas para multiplicar sus ingresos y crear, junto a sus regiones petroleras, una sólida estructura productiva de largo plazo para salir de su histórica pobreza”.
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