Los recursos de las regalías por hidrocarburos no tienen gran impacto en el desarrollo productivo de Cochabamba, pese a la importancia de esos recursos en el presupuesto general del departamento, de acuerdo con datos oficiales.
La economía de Cochabamba tiene como fuente principal de sustento los ingresos de las regalías hidrocarburíferas, aunque en los últimos seis años (2006-2012) sufrieron una reducción considerable por la baja en la producción de los campos petroleros ubicados en su territorio.
Actualmente, el departamento recibe menos recursos por este concepto que Beni, que se beneficia de dos tercios de la regalía compensatoria por ser un departamento no productor.
Cochabamba, en los últimos dos años (2011-2012), recibió más de 523 millones de bolivianos de regalías, que representan en ambas gestiones cerca del 80 por ciento del presupuesto público que está conformado también, aunque en menor medida, por los recursos que provienen de los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus Derivados (IEHD). Sumados a éstos están los ingresos del Fondo de Compensación, de la Coparticipación Tributaria y por subsidios y subvenciones.
El presupuesto de la Gobernación de Cochabamba en 2011-2012 superó los 900 millones de bolivianos. De acuerdo al Plan Operativo Anual (POA), estos recursos no fueron destinados en gran medida a obras de desarrollo productivo para el departamento.
Un ejemplo de esto es la distribución, en 2013, del presupuesto de la Gobernación de Cochabamba que sumó un total de 972.051.480 de bolivianos y fueron repartidos en gasto corriente y Asamblea Departamental, 315.415.884 bolivianos; proyectos de inversión, 250.050.840 bolivianos; transferencias, 180.781.641 bolivianos; programas recurrentes, 63.795.097 bolivianos; programas no recurrentes, 21.250.060 bolivianos; y otros rubros, 128.267.067 bolivianos.
Finalmente, las transferencias a la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) sumaron 12.490.891 bolivianos.
Ejecución
De acuerdo a los datos oficiales de la gestión 2013, la Gobernación de Cochabamba ejecutó un 79,39 por ciento de su presupuesto de 363.844.490 bolivianos, destinado a la partida de inversión directa, en diversas obras y programas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2013. Según el mismo informe de la Gobernación, 288.844.909 bolivianos fueron ejecutados en más de 100 obras y programas vinculados con infraestructura vial, turismo, medio ambiente y riego, entre otros.
En el caso del presupuesto institucional se llegó a una ejecución de 73,61 por ciento, que equivale a 1.107.434.388 bolivianos de 1.504.446.265 bolivianos que incluyeron fondos para sueldos, servicios básicos. Además, están los gastos en transferencias para programas de contraparte con el Órgano Ejecutivo, como el caso de la presa del Complejo Múltiple Misicuni, y de concurrencia con los 47 municipios departamentales.
Según el economista Luis Pablo Cuba, estos datos preocupan debido a que la inversión directa no pasó del 66 por ciento y que 500 millones de bolivianos quedaron sin emplearse y no hay información sobre la calidad de la inversión y a qué visión regional responde.
Sin visión de desarrollo
Cuba explicó que la causa de este mal uso de los fondos de inversión es que no existe una visión de desarrollo regional a partir de la que se haga una adecuada ocupación, ordenada e integrada del territorio, donde se cuente con redes empresariales que visualicen y desarrollen sinergias entre los distintos sectores económicos estratégicos de Cochabamba.
Entre las razones que explican esta ausencia de visión, están la falta de una cultura de liderazgo, la debilidad institucional de los gobiernos locales, la poca capacidad de promoción de inversiones, el poco apoyo a la pequeña agricultura y productividad y el escaso desarrollo de ciencia y tecnología.
“No existe un motor institucional que profundice la autonomía regional. Además, es importante desarrollar el recurso humano como elemento fundamental para el potenciamiento del desarrollo regional”, lamentó el economista.
En ese sentido, agregó que "se debería mostrar los elementos constitutivos del marco de competitividad, comenzando por la definición de una vocación productiva del departamento basada en determinados sectores estratégicos (hidrocarburos, industria, agricultura tecnificada, turismo tropical, etc.). Sin embargo, no se logra definir en un compromiso explícito con la idea de avanzar en la cadena de valor agregado de cada sector”.
Matriz productiva
La economía cochabambina se sustenta en servicios. Su riqueza depende de la fuerza y capacidad creativa emprendedora de sus habitantes para descubrir nuevas oportunidades de desarrollo. Ante esta situación, el asambleísta departamental Henry Paredes planteó la urgente creación de una nueva matriz productiva y reformas estructurales locales de largo plazo.
"La producción está disminuyendo notablemente. Si no cambiamos la matriz productiva departamental de ingresos, esto va ir decayendo", dijo.
ENTREVISTA
Luis Pablo Cuba Rojas, economista
No existe una visión de desarrollo
Uno de los elementos que adquirió más fuerza en los últimos años, en el quehacer institucional en Bolivia, es el relativo a la descentralización del Estado, pero este término tiene un alto margen de ambigüedad y de visiones diferentes. Sin embargo, el centralismo en Bolivia sigue siendo el patrón dominante que mantiene la organización institucional en función a los diversos intereses particulares y no necesariamente colectivos o regionales.
En ese contexto, se advierte que no existe una visión de desarrollo regional, en la que se cuente con redes empresariales y de actores sociales que definan un desarrollo económico diversificado y sustentable. Incluso proyectos como la explotación hidrocarburífera y minera, la producción de fertilizantes (Bulo Bulo), además de la refinería de petróleo modernizada parecen no ser suficientes dinamizadores del desarrollo regional. A eso se suma, la ausencia de una política de protección de la Madre Tierra.
Otro aspecto que refleja este dilema entre desarrollo regional e inversión pública es la falta de una visión regional porque no se advierte una profundización de las redes empresariales que visualice aquellas sinergias entre los distintos sectores económicos estratégicos de la región y no concentrarse solamente en la simple enumeración de proyectos ejecutados.
No existe un ente motor institucional que profundice la autonomía regional. Además, es importante desarrollar el recurso humano como elemento fundamental para el potenciamiento del desarrollo regional. El problema de avasallamiento de tierras y la inseguridad impide futuras inversiones.
Además, es urgente trabajar con una matriz de la vocación productiva regional al existir dificultades en la ejecución de la inversión pública anualmente y contar con inversiones oportunas en los sectores estratégicos.
ENTREVISTA
Hugo del Granado, analista en hidrocarburos
Exploración tiene resultados lamentables
La producción tanto de gas natural como de líquidos tiene una declinación constante en el departamento. Esta tendencia se muestra claramente en las cifras de YPFB, publicadas en sus boletines estadísticos desde el año 2009.
Como se puede ver, la participación del departamento a nivel nacional es notoriamente declinante ante el crecimiento de la producción de otros departamentos.
Si bien Cochabamba no ha sido un gran productor de gas natural, sí se esperaba un mejor desarrollo de la producción de líquidos por los prospectos exploratorios de la década de los 90. Pero no ha sido así, porque en tan solo cinco años, la producción de líquidos en Cochabamba, ha tenido una caída de más del 25 por ciento. El escenario es más crítico, si el análisis se remontará al año 2004, cuando la producción de gas era de 5,11 MMM3/día y la de líquidos era de 14,4 Mbls/día, casi el triple de lo que se produce actualmente en el departamento.
Esta declinación, significa una pérdida de recursos por la disminución en la participación nacional de la regalía del 11por ciento. El aumento de las regalías que recibe Cochabamba se debe a la mayor producción de otros departamentos y no a la propia. Esto se ve claramente en la disminución de la participación porcentual.
Si Cochabamba hubiera mantenido la participación que tenía el año 2010, el año pasado hubiera recibido cerca de 70 millones de dólares y no los 40 que recibió entre enero y diciembre. La diferencia es preocupante.
Esta situación se debe a la falta de inversiones en exploración y producción. El diagnóstico de las actividades exploratorias en el departamento de Cochabamba tiene resultados lamentables. De las 104 áreas de interés petrolero reservadas para YPFB, sólo tres están en Cochabamba y otras dos son compartidas.
COCHABAMBA ES EL CUARTO DEPARTAMENTO PRODUCTOR
La declinación en los campos de gas natural es constante
La producción tanto de gas natural como de líquidos en los campos en explotación en Cochabamba tiene una declinación constante. En cinco años, la producción tuvo una caída de más del 25 por ciento, según cifras publicadas por la empresa estatal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
"Estamos en descenso en cuanto a la producción de los hidrocarburos. Esto es debido a que como son campos maduros en el momento en que se perfora y se realizan todos los trabajos, disminuye el volumen del producto. En algún momento los pozos tienen que cerrarse", dijo el secretario del Departamento de Hidrocarburos de la Gobernación de Cochabamba, Cristóbal Aguilar.
En la actualidad, Cochabamba ocupa el cuarto puesto entre los departamentos productores de hidrocarburos; en primer lugar está Tarija, le siguen Santa Cruz y Chuquisaca, en ese orden, según el último informe del Departamento de Hidrocarburos de la región.
Cochabamba ocupaba (Según el boletín estadístico de YPFB) hasta agosto de 2013 el tercer lugar, pero bajó un peldaño debido a la declinante producción de hidrocarburos.
Esta declinación significa una pérdida de recursos en la participación nacional de la regalía del 11 por ciento como departamento productor.
Según el especialista en hidrocarburos, Hugo del Granado, el desarrollo de la producción de líquidos en el departamento está en constante declive. En cinco años, ésta tuvo una caída de más del 25 por ciento.
Los campos de producción hidrocarburífera en el departamento son en el bloque Chimoré: Bulo Bulo, Carrasco, Kanata, Kanata Norte y Carrasco FW; y en el bloque Mamoré: Surubí, Paloma, Surubí bloque bajo y noroeste.
Según Aguilar, es importante la inversión en dos áreas: exploración y explotación, sin embargo, el crecimiento de las reservas depende de las políticas que pueda tomar YPFB, tanto en las zonas tradicionales como no tradicionales.
Búsqueda
De acuerdo con Del Granado, en los últimos años no se perforaron pozos exploratorios. La empresa Chaco perforó dos pozos en el campo Carrasco, el CRE X1 y CRE X2, que no son exploratorios, sino de desarrollo o de ampliación de campo. El único trabajo exploratorio realizado en Cochabamba ha sido el estudio de sísmica 3D de la empresa Chaco para el área de Chimoré, cuyo resultado ha sido una estimación preliminar de reservas de 1 TCF de gas.
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