La transnacional Repsol YPF mira al este, reacomoda sus alfiles en Brasil, los pone bajo cubierto en Ecuador y Bolivia, acompasa el ritmo en Argentina, peina la calma con Gaddafi en Libia, se refuerza en el Magreb y hasta se atreve con proyectos en Irak. Las presiones, los descubrimientos -en Brasil, Perú y Argelia- y su propia partitura le acotan una nueva geografía, señalaron ayer fuentes de capital News Europa.
Con relación a Bolivia, enfatiza que Repsol está condenado a vestir los ensueños de Morales en su triple condición: como socio forzoso del Estado, como inversor a la fuerza con $us 900 millones para el Plan 100, como productor en los megacampos de Margarita y Huacaya y como puente de emergencia a las necesidades gasistas de Argentina y Brasil. Sin embargo, aclara que exigirá al Estado que, lejos de los ‘tics’ de YPFB, se enfunde su traje de accionista mayoritario para que la compañía continúe operando, reinvirtiendo y distribuyendo las ganancia.
Con relación a Bolivia, enfatiza que Repsol está condenado a vestir los ensueños de Morales en su triple condición: como socio forzoso del Estado, como inversor a la fuerza con $us 900 millones para el Plan 100, como productor en los megacampos de Margarita y Huacaya y como puente de emergencia a las necesidades gasistas de Argentina y Brasil. Sin embargo, aclara que exigirá al Estado que, lejos de los ‘tics’ de YPFB, se enfunde su traje de accionista mayoritario para que la compañía continúe operando, reinvirtiendo y distribuyendo las ganancia.
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