El país necesita por lo menos cuatro años de intenso trabajo para aumentar la capacidad productiva hidrocarburífera.
La producción nacional de hidrocarburos se encuentra en su límite y, a duras penas, puede cumplir con la demanda del mercado interno, la exportación comprometida con el Brasil y el resto con destino a la Argentina, que en los hechos no sobrepasa los 2 millones de metros cúbicos diarios de gas natural (MMmcd), por lo que Bolivia está en la imperiosa necesidad no sólo de ampliar su capacidad de producción sino de duplicar –por lo menos–, la estructura hidrocarburífera nacional.
En criterio del ex superintendente de Hidrocarburos, Carlos Miranda, no sólo se trata de incrementar la producción, sino que el país está al máximo de su capacidad. “Los ductos están al máximo de su capacidad, las refinerías no pueden refinar más, los gasoductos no pueden llevar más, el mercado se come todo lo que produce y falta, estamos absolutamente al límite”, dijo.
De esa manera refleja el hecho que –en el caso del Gas Licuado de Petróleo (GLP), así como en el abastecimiento de la gasolina–, la logística le falle al actual esquema del Ejecutivo.
En efecto, en el caso de los ductos, tanto los de gas como de hidrocarburos líquidos, los mismos no han sido renovados desde hace bastantes años. Mientras que en el caso de la logística de almacenamiento y distribución de hidrocarburos también se encuentra estancada. En el caso de las refinerías, el Gobierno tiene diseñada una estrategia para instalar una nueva planta el próximo año.
“Por lo que necesitamos, por lo menos, unos cuatro años de intenso trabajo, pero un trabajo sereno y no un trabajo como el que el Gobierno dice que hace. Aquí lo que hay que hacer es trabajo técnico y económico, dejar de hacer política y de tratar de justificarse. Como quien está ganando una elección”, afirmó el entrevistado.
Inversiones en todas las áreas
Para Miranda la situación tiene una sola solución y la misma pasa por incrementar no sólo la producción de hidrocarburos, sino también ampliar la capacidad de transporte, habilitar nuevas líneas de abastecimiento a las ya instaladas e incrementar la capacidad de almacenamiento, en este último caso, a modo de ejemplo, Bolivia sólo tiene capacidad para almacenar hasta cuatro meses el crudo reconstituido (Recon) y luego sólo queda exportarlo al precio que se ofrezca por el mismo, por el puerto de Arica.
En el caso de las refinerías, la capacidad instalada de las mismas se encuentra al tope y a pesar de los esfuerzos de ampliar la planta de Gualberto Villarroel en el departamento de Cochabamba sólo se logró establecer paliativos a la misma, lo cual obviamente no representa una solución estructural.
“Siempre hay que estar por delante de lo que se produce en unos ocho o diez años por lo menos; sin embargo, hemos perdido –lamentablemente desde el 2003–, cinco años. Los hemos perdido lamentablemente, ahora tenemos que recuperar... recuperar quiere decir recuperar el tiempo perdido y se recupera el tiempo perdido trabajando, pero con las limitaciones políticas que se tiene actualmente es casi una utopía”, dijo a EL DIARIO Carlos Miranda.
Al respecto, el Gobierno a través de la Ley Financial, en el Presupuesto General de la Nación para la gestión de 2009 ha previsto la suma de mil millones de dólares con destino a la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), empero a pesar que su Presidente interino realizó un detalle de esas inversiones, las mismas no reflejan apuntar a una solución estructural de este tema.
La producción nacional de hidrocarburos se encuentra en su límite y, a duras penas, puede cumplir con la demanda del mercado interno, la exportación comprometida con el Brasil y el resto con destino a la Argentina, que en los hechos no sobrepasa los 2 millones de metros cúbicos diarios de gas natural (MMmcd), por lo que Bolivia está en la imperiosa necesidad no sólo de ampliar su capacidad de producción sino de duplicar –por lo menos–, la estructura hidrocarburífera nacional.
En criterio del ex superintendente de Hidrocarburos, Carlos Miranda, no sólo se trata de incrementar la producción, sino que el país está al máximo de su capacidad. “Los ductos están al máximo de su capacidad, las refinerías no pueden refinar más, los gasoductos no pueden llevar más, el mercado se come todo lo que produce y falta, estamos absolutamente al límite”, dijo.
De esa manera refleja el hecho que –en el caso del Gas Licuado de Petróleo (GLP), así como en el abastecimiento de la gasolina–, la logística le falle al actual esquema del Ejecutivo.
En efecto, en el caso de los ductos, tanto los de gas como de hidrocarburos líquidos, los mismos no han sido renovados desde hace bastantes años. Mientras que en el caso de la logística de almacenamiento y distribución de hidrocarburos también se encuentra estancada. En el caso de las refinerías, el Gobierno tiene diseñada una estrategia para instalar una nueva planta el próximo año.
“Por lo que necesitamos, por lo menos, unos cuatro años de intenso trabajo, pero un trabajo sereno y no un trabajo como el que el Gobierno dice que hace. Aquí lo que hay que hacer es trabajo técnico y económico, dejar de hacer política y de tratar de justificarse. Como quien está ganando una elección”, afirmó el entrevistado.
Inversiones en todas las áreas
Para Miranda la situación tiene una sola solución y la misma pasa por incrementar no sólo la producción de hidrocarburos, sino también ampliar la capacidad de transporte, habilitar nuevas líneas de abastecimiento a las ya instaladas e incrementar la capacidad de almacenamiento, en este último caso, a modo de ejemplo, Bolivia sólo tiene capacidad para almacenar hasta cuatro meses el crudo reconstituido (Recon) y luego sólo queda exportarlo al precio que se ofrezca por el mismo, por el puerto de Arica.
En el caso de las refinerías, la capacidad instalada de las mismas se encuentra al tope y a pesar de los esfuerzos de ampliar la planta de Gualberto Villarroel en el departamento de Cochabamba sólo se logró establecer paliativos a la misma, lo cual obviamente no representa una solución estructural.
“Siempre hay que estar por delante de lo que se produce en unos ocho o diez años por lo menos; sin embargo, hemos perdido –lamentablemente desde el 2003–, cinco años. Los hemos perdido lamentablemente, ahora tenemos que recuperar... recuperar quiere decir recuperar el tiempo perdido y se recupera el tiempo perdido trabajando, pero con las limitaciones políticas que se tiene actualmente es casi una utopía”, dijo a EL DIARIO Carlos Miranda.
Al respecto, el Gobierno a través de la Ley Financial, en el Presupuesto General de la Nación para la gestión de 2009 ha previsto la suma de mil millones de dólares con destino a la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), empero a pesar que su Presidente interino realizó un detalle de esas inversiones, las mismas no reflejan apuntar a una solución estructural de este tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario