Oxidos de nitró geno y monó xido de carbono
El gas de chimenea contiene hasta 200 ppm de ó xido nítrico, que reacciona lentamente con el oxígeno y forma dió xido de nitrógeno. El óxido nítrico no se elimina mediante el lavado con agua, por lo que el dió xido de nitró geno puede disolverse en el agua y formar á cido nitroso y nítrico. Por lo comú n, el gas de chimenea só lo contiene una pequeñ a cantidad de monó xido de carbono, a menos que la combustió n sea anó mala.
Acido sulfhídrico
El á cido sulfhídrico se encuentra de modo natural en la mayoría
de los crudos de petró leo y se forma también durante el procesado debido a la descomposició n de compuestos de azufre inestables. El á cido sulfhídrico es un gas extremadamente tóxico, incoloro e inflamable, má s pesado que el aire y soluble en agua. Tiene un olor a huevos podridos que se percibe a concentra- ciones muy por debajo de su límite de exposició n, que es muy bajo. Aun así, no ha de confiarse en ese olor como señ al de alerta, pues los sentidos se desensibilizan casi de forma inmediata al producirse la exposició n. Se necesitan detectores especiales para alertar a los trabajadores de la presencia de á cido sulfhídrico, y en presencia del gas debe utilizarse protecció n respiratoria adecuada. La exposició n a niveles bajos de á cido sulfhídrico causa irritació n, mareos y cefaleas, mientras que la exposició n a niveles por encima de los límites prescritos causa depresió n del sistema nervioso e incluso la muerte.
El gas de chimenea contiene hasta 200 ppm de ó xido nítrico, que reacciona lentamente con el oxígeno y forma dió xido de nitrógeno. El óxido nítrico no se elimina mediante el lavado con agua, por lo que el dió xido de nitró geno puede disolverse en el agua y formar á cido nitroso y nítrico. Por lo comú n, el gas de chimenea só lo contiene una pequeñ a cantidad de monó xido de carbono, a menos que la combustió n sea anó mala.
Acido sulfhídrico
El á cido sulfhídrico se encuentra de modo natural en la mayoría
de los crudos de petró leo y se forma también durante el procesado debido a la descomposició n de compuestos de azufre inestables. El á cido sulfhídrico es un gas extremadamente tóxico, incoloro e inflamable, má s pesado que el aire y soluble en agua. Tiene un olor a huevos podridos que se percibe a concentra- ciones muy por debajo de su límite de exposició n, que es muy bajo. Aun así, no ha de confiarse en ese olor como señ al de alerta, pues los sentidos se desensibilizan casi de forma inmediata al producirse la exposició n. Se necesitan detectores especiales para alertar a los trabajadores de la presencia de á cido sulfhídrico, y en presencia del gas debe utilizarse protecció n respiratoria adecuada. La exposició n a niveles bajos de á cido sulfhídrico causa irritació n, mareos y cefaleas, mientras que la exposició n a niveles por encima de los límites prescritos causa depresió n del sistema nervioso e incluso la muerte.
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