e no haberse detenido la salida de 190.219 litros de diésel vía contrabando, Bolivia hubiese subvencionado con 1,4 millones de bolivianos a países vecinos. Eso porque fuera de las fronteras el litro del carburante se cotiza al doble del precio interno: 3,72 bolivianos.
La mercadería sale sin control y camuflada, mientras en el país ronda la escasez y se gastan millonarios recursos del presupuesto en la importación.
La Aduana Nacional y el Control Operativo Aduanero (COA) decomisaron en lo que va del año esa cantidad de carburante, pero además recuperaron 44.427 litros de gasolina y 3.535 garrafas, que eran transportadas principalmente a Perú, aunque técnicos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) señalan que el hidrocarburo también es llevado a Argentina, Brasil y Chile.
Estos carburantes valen menos en Bolivia porque el precio fue congelado; es decir, la cotización no subió en función del precio internacional del barril de petróleo como ocurrió en otros países. Así por ejemplo, el litro de diésel se cotiza en Brasil en aproximadamente ocho bolivianos, en Perú tiene un costo equivalente a seis bolivianos y en Chile es de siete bolivianos.
En los países vecinos, el GLP también vale el doble, o sea, 55 e incluso llega a costar 84 bolivianos por una garrafa en épocas de desabastecimiento. La gasolina tiene un costo de entre cinco y siete bolivianos por litro en el lado peruano.
El barril de crudo en el exterior, luego de superar los 96 dólares, bajó ayer a 93. Por la constante alza, se estima que este subsidio le costará al país, este año, unos 180 millones de dólares, pero el Gobierno presupuestó 154,6 millones de dólares.
Los principales consumidores de diésel y que se benefician de la ayuda del Tesoro General de la Nación (TGN), según afirmó el Gobierno, son los productores agropecuarios y el sector del autotransporte.
Los operativos
El comandante del COA Ramiro Mendoza informó que los 190.219 litros de diésel y el resto de los combustibles fueron retenidos en las poblaciones de Chaguaya, Cruce Ayata, Escoma, Achacachi, Tiquina, Copacabana y Guaqui en la frontera con Perú. Hasta la fecha se remitieron al Ministerio Público, para fines investigativos, 32 vehículos que transportaban carburantes fuera de territorio nacional. Explicó que la exportación de estos productos está prohibida porque la subvención rige para el mercado interno.
Desde junio y en aplicación del Decreto Supremo 29158, el COA, en coordinación con las Fuerzas Armadas y la Policía, puso en ejecución un plan de operaciones para intervenir las actividades ilícitas de contrabando de GLP, diésel y gasolina.
Mendoza señaló que los puestos de control de Chaguaya, Achacachi y Guaqui son los lugares donde se registra mayor retención de hidrocarburos.
El modus operandi de los contrabandistas es variado, pero gran parte de las incautaciones han sido efectuadas al denominado contrabando hormiga en bidones y turriles.
En el caso del transporte en camiones o transporte público, afirmó que los contrabandistas fondean (camuflan) los combustibles debajo de los productos, cargas que transportan los pasajeros o en los asientos traseros. También lo reparten a los usuarios, quienes lo hacen pasar como propietarios, y se detectaron tanques adicionales en buses y minibuses.
Reconoció que pese a estos esfuerzos, los comerciantes ilegales logran evadir los puestos de control y optan por vías alternativas, como Charaña. Por esa razón, dijo que en las últimas semanas se intensificaron los patrullajes en las carreteras y vías secundarias. Según la Superintendencia del sector, la demanda interna de diésel en 2006 alcanzó a 16.902 barriles diarios, pero la oferta sólo llegó a 12.868. Se tuvieron que importar 4.033 barriles. Ante la escasez del carburante, el Gobierno optó por comprar más volúmenes y garantizó la entrega.
Empresarios ofrecen alternativas
Empresas privadas como Gastronic Ltda. desarrollan fuentes alternativas para reducir el consumo de diésel en el país a través del cambio de la matriz energética y un mayor consumo de gas natural vehicular (GNV).
Esta compañía, en Santa Cruz impulsa actualmente con el sector del transporte un proyecto para que los automóviles utilicen un sistema que les permita consumir un 60 por ciento de GNV y 40 por ciento de diésel.
Para esto se necesita adaptar los motores a una tecnología dual, instalar un equipo y los cilindros correspondientes.
La idea de la compañía en el mediano plazo es comenzar a trabajar con el sector agropecuario para adaptar sus tractores.
Este tipo de movilidades requiere 10 litros de diésel por hora. Si el motor fuera dual, este consumo se reduciría a cuatro.
Para sustituir seis litros de diésel se precisa un metro cúbico de gas natural que hoy tiene un costo de 1,66 bolivianos. De esta manera, el ahorro para un transportista o agricultor llegaría a un 30 por ciento, si se toma en cuenta que el litro del carburante se cotiza en 3,72 bolivianos.
Según Gastronic, la instalación del equipo de conversión demanda una inversión de alrededor de 3.500 dólares, los cilindros y el tanque demandarán unos dos mil adicionales. Sin embargo, en el mediano y largo plazo, el ahorro en combustible compensa ese gasto. La compañía cree que en la medida en que este proyecto se masifique, existe la posibilidad de que la inversión inicial se reduzca y haya más consumo de gas.
La mercadería sale sin control y camuflada, mientras en el país ronda la escasez y se gastan millonarios recursos del presupuesto en la importación.
La Aduana Nacional y el Control Operativo Aduanero (COA) decomisaron en lo que va del año esa cantidad de carburante, pero además recuperaron 44.427 litros de gasolina y 3.535 garrafas, que eran transportadas principalmente a Perú, aunque técnicos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) señalan que el hidrocarburo también es llevado a Argentina, Brasil y Chile.
Estos carburantes valen menos en Bolivia porque el precio fue congelado; es decir, la cotización no subió en función del precio internacional del barril de petróleo como ocurrió en otros países. Así por ejemplo, el litro de diésel se cotiza en Brasil en aproximadamente ocho bolivianos, en Perú tiene un costo equivalente a seis bolivianos y en Chile es de siete bolivianos.
En los países vecinos, el GLP también vale el doble, o sea, 55 e incluso llega a costar 84 bolivianos por una garrafa en épocas de desabastecimiento. La gasolina tiene un costo de entre cinco y siete bolivianos por litro en el lado peruano.
El barril de crudo en el exterior, luego de superar los 96 dólares, bajó ayer a 93. Por la constante alza, se estima que este subsidio le costará al país, este año, unos 180 millones de dólares, pero el Gobierno presupuestó 154,6 millones de dólares.
Los principales consumidores de diésel y que se benefician de la ayuda del Tesoro General de la Nación (TGN), según afirmó el Gobierno, son los productores agropecuarios y el sector del autotransporte.
Los operativos
El comandante del COA Ramiro Mendoza informó que los 190.219 litros de diésel y el resto de los combustibles fueron retenidos en las poblaciones de Chaguaya, Cruce Ayata, Escoma, Achacachi, Tiquina, Copacabana y Guaqui en la frontera con Perú. Hasta la fecha se remitieron al Ministerio Público, para fines investigativos, 32 vehículos que transportaban carburantes fuera de territorio nacional. Explicó que la exportación de estos productos está prohibida porque la subvención rige para el mercado interno.
Desde junio y en aplicación del Decreto Supremo 29158, el COA, en coordinación con las Fuerzas Armadas y la Policía, puso en ejecución un plan de operaciones para intervenir las actividades ilícitas de contrabando de GLP, diésel y gasolina.
Mendoza señaló que los puestos de control de Chaguaya, Achacachi y Guaqui son los lugares donde se registra mayor retención de hidrocarburos.
El modus operandi de los contrabandistas es variado, pero gran parte de las incautaciones han sido efectuadas al denominado contrabando hormiga en bidones y turriles.
En el caso del transporte en camiones o transporte público, afirmó que los contrabandistas fondean (camuflan) los combustibles debajo de los productos, cargas que transportan los pasajeros o en los asientos traseros. También lo reparten a los usuarios, quienes lo hacen pasar como propietarios, y se detectaron tanques adicionales en buses y minibuses.
Reconoció que pese a estos esfuerzos, los comerciantes ilegales logran evadir los puestos de control y optan por vías alternativas, como Charaña. Por esa razón, dijo que en las últimas semanas se intensificaron los patrullajes en las carreteras y vías secundarias. Según la Superintendencia del sector, la demanda interna de diésel en 2006 alcanzó a 16.902 barriles diarios, pero la oferta sólo llegó a 12.868. Se tuvieron que importar 4.033 barriles. Ante la escasez del carburante, el Gobierno optó por comprar más volúmenes y garantizó la entrega.
Empresarios ofrecen alternativas
Empresas privadas como Gastronic Ltda. desarrollan fuentes alternativas para reducir el consumo de diésel en el país a través del cambio de la matriz energética y un mayor consumo de gas natural vehicular (GNV).
Esta compañía, en Santa Cruz impulsa actualmente con el sector del transporte un proyecto para que los automóviles utilicen un sistema que les permita consumir un 60 por ciento de GNV y 40 por ciento de diésel.
Para esto se necesita adaptar los motores a una tecnología dual, instalar un equipo y los cilindros correspondientes.
La idea de la compañía en el mediano plazo es comenzar a trabajar con el sector agropecuario para adaptar sus tractores.
Este tipo de movilidades requiere 10 litros de diésel por hora. Si el motor fuera dual, este consumo se reduciría a cuatro.
Para sustituir seis litros de diésel se precisa un metro cúbico de gas natural que hoy tiene un costo de 1,66 bolivianos. De esta manera, el ahorro para un transportista o agricultor llegaría a un 30 por ciento, si se toma en cuenta que el litro del carburante se cotiza en 3,72 bolivianos.
Según Gastronic, la instalación del equipo de conversión demanda una inversión de alrededor de 3.500 dólares, los cilindros y el tanque demandarán unos dos mil adicionales. Sin embargo, en el mediano y largo plazo, el ahorro en combustible compensa ese gasto. La compañía cree que en la medida en que este proyecto se masifique, existe la posibilidad de que la inversión inicial se reduzca y haya más consumo de gas.
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