Petrobras informó ayer que cumplió una sentencia judicial que la obliga a normalizar la distribución de gas natural en el estado de Río de Janeiro, un día después de haber restringido “temporalmente” el suministro en los dos mayores mercados del país.
La decisión de Petrobras de reducir en un 17 por ciento el suministro del combustible en los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro fue la primera muestra de que el país comienza a sufrir con la reducida oferta de gas natural, dijeron ayer varios analistas.
Esa limitación, según los mismos analistas, explica la decisión anunciada recientemente por la empresas de negociar nuevas inversiones en Bolivia, país de donde procede más de la mitad del gas consumido por Brasil.
Pese a que el martes restringió el suministro de gas a Sao Paulo y Río de Janeiro para poder atender las necesidades de las plantas térmicas, Petrobras fue obligada a restablecer la oferta por lo menos a Río de Janeiro.
Ello debido a que un juez acató una petición hecha directamente por la gobernación de Río de Janeiro para que la empresa normalice el suministro. Petrobras explicó la víspera en un comunicado de que había “limitado temporalmente” la entrega de gas natural a las distribuidoras que actúan en Río de Janeiro y Sao Paulo para atender otros contratos. Aclaró que necesitaba aumentar el gas suministrado a las termoeléctricas para cumplir los compromisos que asumió en mayo pasado con la Agencia Nacional de Energía Eléctrica. Las plantas generadoras alimentadas con gas natural tuvieron que aumentar su producción debido a que la sequía en algunas regiones del país disminuyó el nivel de las represas de las hidroeléctricas. El consumo de gas natural en Brasil el año pasado fue, en promedio de 41,8 millones de metros cúbicos, con un aumento del 4,3 por ciento frente a 2005, y en algunos meses llegó a elevarse a cerca de 45 millones de metros cúbicos. Río de Janeiro, EFE
La decisión de Petrobras de reducir en un 17 por ciento el suministro del combustible en los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro fue la primera muestra de que el país comienza a sufrir con la reducida oferta de gas natural, dijeron ayer varios analistas.
Esa limitación, según los mismos analistas, explica la decisión anunciada recientemente por la empresas de negociar nuevas inversiones en Bolivia, país de donde procede más de la mitad del gas consumido por Brasil.
Pese a que el martes restringió el suministro de gas a Sao Paulo y Río de Janeiro para poder atender las necesidades de las plantas térmicas, Petrobras fue obligada a restablecer la oferta por lo menos a Río de Janeiro.
Ello debido a que un juez acató una petición hecha directamente por la gobernación de Río de Janeiro para que la empresa normalice el suministro. Petrobras explicó la víspera en un comunicado de que había “limitado temporalmente” la entrega de gas natural a las distribuidoras que actúan en Río de Janeiro y Sao Paulo para atender otros contratos. Aclaró que necesitaba aumentar el gas suministrado a las termoeléctricas para cumplir los compromisos que asumió en mayo pasado con la Agencia Nacional de Energía Eléctrica. Las plantas generadoras alimentadas con gas natural tuvieron que aumentar su producción debido a que la sequía en algunas regiones del país disminuyó el nivel de las represas de las hidroeléctricas. El consumo de gas natural en Brasil el año pasado fue, en promedio de 41,8 millones de metros cúbicos, con un aumento del 4,3 por ciento frente a 2005, y en algunos meses llegó a elevarse a cerca de 45 millones de metros cúbicos. Río de Janeiro, EFE
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