sábado, 29 de diciembre de 2018

Industria, Tariquía y fracking, preocupaciones sobre YPFB

La gestión de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) del último ciclo ha empezado a convertirse en circular, al tiempo que proyectos nuevos cuasi improvisados han desplazado a aquellos que venían en la estrategia de desarrollo postnacionalización. Mientras tanto, tres aspectos preocupan sobremanera en el departamento de Tarija: el retraso en la industrialización del gas; la invasión de la Reserva Nacional de Flora y Fauna y los “tambores de fracking” que empiezan a sonar cada vez con más fuerza en el país.

Yacimientos ha impulsado en apenas un año el proyecto del etanol, un proyecto que viene a ser una especie de proyecto circular que beneficia sobre todo a los grandes agropecuarios del oriente cruceño. La planta de urea es la única que se puede considerar propiamente de la industrialización del gas, sin embargo los mercados son una debilidad, pues salvo algunos memorándum de intenciones por parte de Brasil y sus Estados, apenas se han concretado cifras de negocio.

Un gran negocio

Para lo que sí ha servido ha sido para impulsar la producción extensiva de maíz y soya, las materias primas del proyecto emergente de etanol, que en apenas un año se ha concebido y ejecutado gracias a la buena voluntad de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la diligencia del Ministerio de Hidrocarburos y la vista gorda de las autoridades llamadas por ley a cuidar las semillas de la injerencia transgénica.

Para YPFB, este proyecto concebido entre sus ingenieros y los ingenios Guabirá, Aguaí y Unagro, significará para la economía nacional una inversión de 1.500 millones de dólares y la posibilidad de incrementar la producción de caña de 160 mil a 360 mil toneladas, es decir se duplicará la producción. Desde noviembre, mes del inicio de la venta del nuevo combustible, se comercializó más de 4.5 millones de litros en Santa Cruz, Cochabamba, Tarija y La Paz.

El proyecto del etanol, sin embargo, parece haber sustituido definitivamente al empuje por la petroquímica del Gran Chaco, que a principios de año desató la emergencia en el Chaco luego de quedar sin presupuesto pero cuya definición se ha ido diluyendo. Los últimos compromisos hablaban de una nueva licitación de estudios complementarios en el mes de agosto, algo que sin embargo no se ha concretado.

Desesperación

El problema original, señalan los críticos, es que no hay hallazgos de nuevos reservorios que permitan sostener el nivel de ingresos de la exportación, que sostiene a su vez el gasto corriente del Gobierno, e invertir en los proyectos de industrialización que precisamente cuando se diseñaron, en tiempos de Soliz Rada como primer ministro de Hidrocarburos de Evo, tenían el objetivo de sustituir los ingresos que más temprano que tarde se dejarían de percibir por la exportación.

En 2006 ya se sabía que Brasil y Argentina apostaban el uno por el Presal – proyecto en aguas profundas – y el otro por el no convencional en Vaca Muerta con el objetivo de llegar a ser autosuficientes y dejar de depender de la importación desde Bolivia. En ese contexto, YPFB no ha logrado ser aún más competitivo para garantizar los proyectos propios y a su vez, ofrecer mejores opciones a los mercados naturales.

Para YPFB sin embargo “las reservas de gas que fueron certificadas y cuantificadas por la compañía canadiense Sproule International Limited, permitirán la renovación de contratos de compra y venta de gas natural a Brasil y Argentina y sobre todo dar prioridad al mercado interno hasta el año 2035”.

Lo cierto es que el cálculo realista solo garantiza 14 años de supervivencia con los niveles actuales. “De la reserva de 12.5 TCF, se cumplirá con el mercado argentino hasta el año 2026 con la entrega de 3,7 TCF, a Brasil 1,7 TCF y para el mercado interno se destinará 3,89 TCF hasta el 2035 y el restante 3,21 TCF servirá para la ampliación y la suscripción de nuevos contratos” dice su comunicado pese a que la cuantificación es de 10,7 TCF de reservas probadas y a pesar de que con ese volumen no se podría respaldar un contrato a largo plazo o una inversión mayúscula para alcanzar el mercado mundial de barcos metaneros del Gas Licuado.

La apuesta por la incursión en las Reservas Naturales, como Tariquía, y la apertura de puertas a la exploración no convencional (léase fracking) en este 2018 responde precisamente a esa escasa capacidad de garantizar reservas para abrir nuevos mercados internacionales y culminar sus proyectos internos.

Yacimientos califica el año como exitoso


“YPFB cierra la gestión 2018 con la satisfacción del deber cumplido, cumplimos con el abastecimiento de combustibles al mercado interno y externo, mejoramos la calidad de vida de la familia boliviana a través de las instalaciones de gas a domicilio y contribuimos a mejorar el rendimiento en la producción agropecuaria a través de la venta de urea”, afirmó el ejecutivo de YPFB, Óscar Barriga.

La evaluación de la máxima autoridad ejecutiva de la estatal petrolera, se registra a menos de cuatro días de la conclusión de la presente gestión. En la cadena productiva: exploración, explotación, refinación, transporte y comercialización, también los resultados son alentadores.

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