Una nota de prensa de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) señala que durante la venta en zonas fronterizas de La Paz los funcionarios registrarán el nombre de la familia y el código numeral impreso en la garrafa de GLP que se entregue al usuario.
Estos dígitos deben coincidir cuando el poblador regrese a comprar una nueva garrafa, con el fin de evitar la reventa.
Luego de coordinar la fecha de distribución, los técnicos se dirigirán, junto al camión distribuidor de GLP, a la región fronteriza para garantizar que el carburante llegue a los consumidores finales.
Con este mecanismo de control, las autoridades municipales deberán facilitar a la ANH la lista de nombres de los pobladores, para que junto a organizaciones de control social se determine el número de garrafas que se debe vender a cada familia, que de acuerdo a sus necesidades en promedio no excede a dos unidades.
El sistema se aplicará en regiones consideradas "áreas de riesgo”, que son poblaciones fronterizas e intermedias susceptibles a una comercialización "ilícita” de GLP y busca evitar que el combustible salga de contraba
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