La Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) observó un escenario complejo para las inversiones hidrocarburíferas en el país, donde el Estado, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), tuvo la mayor participación, con el 83%, frente al 18% de las operadoras privadas. Advirtió de un relacionamiento cada vez más tenso entre los diferentes actores de la cadena.
La presidenta de la CBHE, Claudia Cronembold, en su ponencia sobre el contexto global y nacional del sector hidrocarburos, señaló que el liderazgo en lo local está en manos de la empresa estatal YPFB, por lo que tiene derecho sobre todas las áreas.
YPFB
“Es el principal cliente de nuestro sector, después tenemos empresas de servicios que tienen de cliente a YPFB y que estructuran sus planes en función a los acuerdos que logran con la empresa estatal, los contratistas y las comunidades. Tenemos un sistema bastante complejo con muchos actores que cada vez están más tensionados”, aseguró.
EXPLORACIÓN
Cronembold informó que mientras el año 2004 se perforó 63 pozos con fines exploratorios, entre el 2006-2015 se llegó a perforar a 58, lo cual muestra que la actividad exploratoria estuvo en segundo plano.
“Para 2016 se preveían 16 pozos exploratorios, se realizaron 14, de estos se concluyeron diez (…). Los resultados de 2016 fueron que diez pozos fueron perforados, donde tenemos el 70% seco y tres dieron positivos, confirmando las probabilidades de éxito del 30%, no es una impericia del sector, son indicadores mundiales”, explicó.
La ejecutiva dijo que, a pesar del avance tecnológico, la probabilidad de éxito en los procesos de exploración no mejoró, pues no sólo depende de las tareas de sísmica, sino también de las características de las rocas que rodea el bolsón del reservorio.
ÍNDICE DE ÉXITO
“Hay una alta expectativa en la comunidad donde se opera por resolver los problema que presenta, lograr una compensación adecuada, al mismo tiempo hay una gestión financiera bastante importante, porque son proyectos de largo alcance con inversiones muy altas; un pozo exploratorio puede costar entre 80 y 120 millones de dólares, y el índice de éxito es del 30%”, mencionó.
La especialista dijo que los inversionistas no sólo deben hallar los sitios de exploración sísmica y perforación que demora dos años, pues una vez que tienen información sobre la presencia de un bolsón de hidrocarburos, debe operar en promedio ocho años antes que ingrese a la fase de producción.
YPFB proyectó para el 2017 inversiones estatales por 1.530 millones de dólares que representarán el 81,6% del sector hidrocarburos, y 344,3 millones de dólares por parte de las operadoras privadas, lo que representará el 18,4%.
“En la industria hay altos estándares de inversión y nos regimos en prácticas mundiales, no necesariamente locales; hay una complejidad logística, gran parte de los pozos están en el sur del país que tiene bastante serranías, con complejidad muy alta, por tanto hay un alto costo y deficiencias técnicas; al haber tantos actores, en algunas concentraciones se generan problemas”, mencionó.
LITIGIOS
Cronembold también observó los litigios, las boletas de garantías y los sistemas de pago, indicando que son aspectos que hay que mejorar. “El tener prácticamente dos actores importantes operando en el mismo lugar ha hecho más compleja la interrelación entre contratistas, y la estatal es la que certifica el trabajo, por lo que es un trabajo que requiere mucha coordinación”, sostuvo.
PRODUCCIÓN Y RESERVAS
Basada en datos oficiales de la última certificación de reservas en el país, de 2013, dio cuenta de reservorios por 10.45 trillones de pies cúbicos (TCF). Cronembold añadió que el volumen actual garantiza la producción en el mismo nivel, por diez años más.
“Por eso son tan importantes las inversiones que se hacen en exploración, porque tenemos un índice de éxito del 30% y un período de ocho años para que entre a la fase de producción. Es importante determinar los recursos que se destinan a la incorporación de reservas a través de la exploración”, subrayó.
CERTIFICACIÓN
La experta dijo, asimismo, que para que una compañía especializada certifique las reservas bolivianas no sólo toma en cuenta los pozos, sino la infraestructura que el país brinda; es decir, si cuenta también con gasoductos y mercados asegurados.
Señaló que, según los datos oficiales, aumentó el volumen de producción de gas, llegando a 59 Millones de metros cúbicos día (Mmmcd) de gas; se vendió en 2016 a Brasil un volumen máximo 31 Mmmcd, y en promedio fue de 29,4 Mmmcd, mientras que a Argentina se exportó un máximo 18 Mmmcd y en promedio 15 Mmmcd. El mercado interno consumió en promedio 14 Mmmcd.
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