jueves, 30 de marzo de 2017

5 consideraciones sobre la caída del petróleo



Los precios del petróleo cayeron casi un 10 por ciento en la última semana, alcanzando su nivel más bajo desde que la OPEP acordó recortar la producción en noviembre.

Hay cinco factores que han contribuido al incremento de la venta que podrían dictar la sostenibilidad del Brent a un precio mayor a 50 dólares por barril.

1. El Esquisto

La industria del esquisto en Estados Unidos ha regresado con fuerza, debido a que los precios del petróleo están por encima de los 50 dólares por barril. Después de dos años de contracción, la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos prevé que la producción aumentará 300 mil barriles diarios a 9,2 millones de b/d en 2017 antes de agregar 500 mil b/d adicionales el próximo año.

Ésos son números mayores, pero sólo cuentan la mitad de la historia. La industria redujo los costos durante los dos años de la crisis y los ejecutivos hablan de mayor eficiencia y ganancias en la producción, lo que lleva a muchos a pronosticar un repunte aún mayor.

La velocidad de la recuperación del esquisto es un recordatorio de que la industria debe adaptarse a un gran cambio estructural y no sólo reaccionar ante un exceso a corto plazo. Las compañías petroleras están dirigiendo el gasto hacia las obras más productivas como la Cuenca Pérmica en Texas. Las plataformas de perforación en Estados Unidos alcanzaron los niveles más altos en 18 meses. Otros productores, como aquellos enfocados en las arenas bituminosas canadienses, también redujeron costos.

“Dada la mejora en las curvas de producción del Pérmico y la fortaleza de la canadiense, la producción combinada de Estados Unidos y Canadá aumentará en un millón de b/d en 2017”, señalaron analistas de Energy Aspects la semana pasada.

2. La OPEP

Una producción norteamericana más fuerte de la esperada representa una seria amenaza para la OPEP. El cartel de 13 miembros impulsó con éxito los precios a fines del año pasado tras acordar recortes de suministro incluyendo también a otros grandes productores de fuera del grupo, como Rusia.

No obstante, después de un aumento inicial en diciembre, los precios se establecieron por encima de los 50 dólares por barril en los primeros dos meses de 2017, a pesar de que el grupo se acercaba colectivamente a su objetivo de producción. El grupo se enfrentará a una decisión difícil cuando se reúna el próximo 25 de mayo.

Podría extender los recortes existentes, lo que muchos analistas creen que podría finalmente reducir los inventarios hacia la segunda mitad del año.

Podría acordar recortes aún más profundos para dar un nuevo impulso al precio, sabiendo que esto seguramente cedería una mayor cuota de mercado a otros países productores o la OPEP podría abandonar los intentos de gestionar el mercado y volver a una guerra de precios, una estrategia que el grupo sólo adoptó plenamente durante 2015 antes de que el daño de los bajos precios impactara demasiado a las economías dependientes del petróleo.

La primera opción puede ser la más probable, a menos que la cohesión entre los países participantes comience a desentrañarse si la actual caída de precios perdura. Arabia Saudita, el mayor exportador del mundo, ha sostenido consistentemente que no realizará todo el trabajo pesado por su cuenta.

Rusia, el mayor exportador de crudo fuera de la OPEP, hasta ahora se ha mostrado reticente a tomar medidas adicionales en vista de la recuperación del esquisto. Moscú dijo el martes de la semana pasada que era “demasiado pronto” para decidir, sosteniendo que los productores de esquisto “están ejerciendo presión sobre el mercado de petrolero”.

3. Los Inventarios

El mayor problema a corto plazo para la OPEP es que los inventarios estadounidenses siguen aumentando. Las liquidaciones se iniciaron hace dos semanas después de que la EIA informó que los inventarios de crudo habían subido por novena semana consecutiva a un máximo histórico de más de 528 millones de barriles.

Mientras que algunos analistas sostienen que los suministros de petróleo se están endureciendo en otras partes del mundo, Estados Unidos tiene los mejores y más actualizados datos, dándole una influencia excesiva sobre el mercado. Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor mundial de petróleo, convirtiéndolo en el principal campo de batalla entre el esquisto y la OPEP.

Los inversores se habían alineado para respaldar los recortes de la OPEP, apostando al aumento de los precios durante los dos primeros meses de este año. La posición larga neta (la diferencia entre las apuestas sobre el alza y la caída de los precios) de ambos, el Brent y el West Texas Intermediate, índice de referencia estadounidense, había alcanzado los 951 millones de barriles, o el equivalente a 10 días de demanda de petróleo, para el 21 de febrero.

Pero el fracaso del petróleo en alcanzar precios más altos en 2017 ha significado que esta postura sea cada vez más cara de defenderse. Los operadores dicen que no es sorprendente que los fondos hayan comenzado a reducir su posición, un movimiento que probablemente se aceleró después de la caída del pasado 15 de marzo.

5. La demanda

Aunque el panorama del suministro tiene muchas partes móviles, la demanda debe ser más fácil de interpretarse y puede proporcionar cierta comodidad a la OPEP. El grupo elevó sus estimaciones y pronostica un crecimiento cercano a los 1,3 millones b/d, alcanzando un promedio de 96,3 millones de b/d en 2017. Mientras que el auge de los coches eléctricos ha llevado a algunos grandes actores de la industria a advertir sobre la "demanda máxima" de petróleo en un futuro próximo, otros son mucho más escépticos.

Los analistas de Morgan Stanley señalan que la flota global de vehículos convencionales aumenta en 40 millones de vehículos anuales, neto de desguace. Sólo eso debería representar unos 600 mil b/d de crecimiento o la mitad del promedio de 10 años. Un mayor uso en aviones, carga y petroquímicos también aumentará el consumo.

“El petróleo es una fuente de energía madura y la eficiencia está mejorando”, dijo Martijn Rats en Morgan Stanley. “Pero la ‘demanda máxima’ no será alcanzada en el corto plazo”.

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