martes, 14 de junio de 2011

Argentina podría dejar de depender del gas boliviano

El 2014 cuando el GNEA se conecte con el Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA) se podrá vender más de 14 MMmcd hasta llegar hasta los 27,7 MMmcd el año 2026. Según Miranda se estaría incumpliendo con este contrato porque el GIJA debería entrar en operación el 1 de mayo pasado.

El contrato de venta de gas con Argentina podría dejarse de lado por otro energético más barato al del boliviano como es el gas no convencional, lo que en futuro podría ocasionar serios riesgos en la producción de líquidos para el país, debido a la falta de mercado, consideró el experto en hidrocarburos, Carlos Miranda.

Frente al crecimiento en el consumo de gas natural por Argentina y Brasil, y la dependencia que significa, sobre todo, en época de invierno de la importación de gas de Bolivia, este panorama podría cambiar en caso de que ambos países decidan optar por otros energéticos más baratos.

Empero, empresarios industriales del occidente del país temen un posible racionamiento de gas natural por el incremento en la demanda. El informe de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) da cuenta que se comercializó en mayo un volumen promedio de 40,03 millones de metros cúbicos por día (MMmcd) de gas natural al mercado interno y las exportaciones a Brasil y la Argentina.

CRISIS A FUTURO

Para el experto en hidrocarburos, en entrevista con EL DIARIO, hablar de crisis todavía es prematuro, porque existen las suficientes reservas de gas inclusive para más de 10 años.

Explicó que el problema radica en la falta de producción de líquidos, la saturación en el sistema de transporte y la falta de refinación.

“Gas y petróleo se producen conjuntamente, las reservas de ambos hay por lo menos para los próximos 10 años, por lo que no se puede hablar de crisis energética”, sostuvo.

No obstante, remarcó que existen deficiencias en diesel y gasolina, porque el volumen de las refinerías trabaja al máximo

“La calidad ya no les abastece, entonces ahí tenemos el problema de importación de diesel y de pronto de gasolina probablemente hasta que no se amplíe las refinerías y las modernice. En cuanto a líquidos el problema es mucho más complejo, el sistema de transporte de líquidos está saturado para abastecer las refinerías, entonces tres cosas están fallando”, reiteró.

GNEA

Frente a este marco, Miranda recomendó que para no ingresar a una crisis de gas natural se debe cumplir el contrato con la Argentina, que aseguró no se está cumpliendo.

“Hay que preocuparse, porque necesitamos de un mercado importante para tener líquidos. Entonces el mercado de la Argentina es vital, para no tener serios problemas, si eso no sucede entonces ingresamos en crisis”, explicó.

En febrero pasado la presidenta del vecino país, Cristina Fernández, lanzó la licitación para la construcción del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), se estima que esta obra demandará una inversión total de 6.161 millones de dólares.

Se licitará por tramos y tiene como principal objetivo transportar gas natural boliviano a las únicas regiones argentinas que hasta ahora no cuentan con una red de distribución para dicho energético.

El área de impacto del GNEA comprende las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, este de Salta y norte de Santa Fe. Se calcula que esta obra beneficiará a más de 3,4 millones de habitantes.

DEMORA

Según Miranda, existe demora en la construcción de este gasoducto por los conflictos internos que existe en la Argentina.

“El 2006 cuando la Argentina ya estaba en crisis, acudió desesperadamente a Bolivia, ese año se reformó el contrato y el convenio era aumentar el ingreso de las entregas, pero de manera más pausada, para llegar con el contrato hasta el 2026”, sostuvo.

Empero, Argentina tendría suficientes razones para rescindir del gas boliviano para la época de invierno y de esta manera no tener una dependencia que llegaría a más del 60% en el mediano plazo.

“Para qué hacer si con los 30 MMmcd que recibimos de Bolivia es suficiente, en vez de meterlo se hace más estaciones para recibir LNG. Entonces, en la medida que se demore la construcción del GNEA podría dejar de depender Argentina del gas boliviano”, subrayó.

El 2014 cuando el GNEA se conecte con el Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA) se podrá vender más de 14 MMmcd hasta llegar hasta los 27,7 MMmcd el año 2026. Según Miranda se estaría incumpliendo con este contrato, porque el GIJA debería entrar en operación el 1 de mayo pasado.

En el caso de Brasil, Miranda espera que terminado el contrato con el vecino país, éste pueda seguir comprando gas de Bolivia, aunque anunció que los términos del contrato podrían modificarse, sobre todo por el precio.

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