La Asociación de Talleres de Conversión de Gas Natural Vehicular (GNV) denunció que al menos 35 talleres ilegales operan en las ciudades de La Paz y El Alto e instalan kits de GNV en desuso. Esos equipos, según esa organización, ingresa contrabando, constituyéndose en un peligro para la población.
Sin embargo, ése no es el único problema con esos equipos. La Superintendencia de Hidrocarburos alertó que los kits que ya cumplieron su vida útil, principalmente en Cochabamba y Santa Cruz, se constituyen en “bombas de tiempo”.
El presidente de esa asociación, Gustavo Sejas, explicó que esos talleres compran equipos sin la debida certificación y otros que ya fueron desechados en otros países, cuyo costo es menor.
Incluso en esos lugares, según la denuncia, clonan la roseta y los carnets que la Superintendencia de Hidrocarburos entrega a los centros de conversión que operan de manera legal.
La portación de la roseta es obligatoria para que los choferes puedan cargar combustible.
Sejas explicó que su organización comenzó una investigación sobre los talleres clandestinos, porque los clientes que consultan el costo les cuestionan por qué otros lugares cobran hasta un 50 por ciento menos.
Precisó que en un taller legal el precio promedio de conversión para un taxi es de 550 a 600 dólares. Sin embargo, con equipos en desuso oscila entre 400 y 450 dólares. En el caso de un minibús, el precio del kit va de 650 a 700 dólares; y para un micro, entre 850 a 1.000 dólares. En estos últimos dos casos, la diferencia llega hasta un 50 por ciento.
Desde Argentina
Según la investigación realizada por la Asociación, los kits usados proceden principalmente de Argentina, donde hay muchos fabricantes. Sejas explicó que al igual que en el país, los propietarios de vehículos a GNV realizan una recalificación o revisión cada cinco años. Llega un momento en que los equipos ya no cumplen las exigencias técnicas y son dados de baja.
Sin embargo, dijo que “hay gente que rescata esos cilindros y estos equipos, y esos son los que entran vía contrabando al país”.
Una vez que son internados en Bolivia, el tanque es pintado como si fuera nuevo.
Este periódico buscó información sobre posibles incautaciones de este material por parte de la Aduana Nacional. Sin embargo, esa entidad no tiene esa información.
En cambio, los talleres legales cumplen un procedimiento riguroso para internar los kits de GNV. Cuando esos equipos llegan a la Aduana, Ibnorca debe revisarlos y certificar su calidad.
Detalles
Los equipos de talleres legales deben llevar la certificación de calidad de Ibnorca.
Los operadores legales también alertaron que se clonan rosetas y certificados.
Esos documentos son otorgados por la Superintendencia de Hidrocarburos.
Sin embargo, ése no es el único problema con esos equipos. La Superintendencia de Hidrocarburos alertó que los kits que ya cumplieron su vida útil, principalmente en Cochabamba y Santa Cruz, se constituyen en “bombas de tiempo”.
El presidente de esa asociación, Gustavo Sejas, explicó que esos talleres compran equipos sin la debida certificación y otros que ya fueron desechados en otros países, cuyo costo es menor.
Incluso en esos lugares, según la denuncia, clonan la roseta y los carnets que la Superintendencia de Hidrocarburos entrega a los centros de conversión que operan de manera legal.
La portación de la roseta es obligatoria para que los choferes puedan cargar combustible.
Sejas explicó que su organización comenzó una investigación sobre los talleres clandestinos, porque los clientes que consultan el costo les cuestionan por qué otros lugares cobran hasta un 50 por ciento menos.
Precisó que en un taller legal el precio promedio de conversión para un taxi es de 550 a 600 dólares. Sin embargo, con equipos en desuso oscila entre 400 y 450 dólares. En el caso de un minibús, el precio del kit va de 650 a 700 dólares; y para un micro, entre 850 a 1.000 dólares. En estos últimos dos casos, la diferencia llega hasta un 50 por ciento.
Desde Argentina
Según la investigación realizada por la Asociación, los kits usados proceden principalmente de Argentina, donde hay muchos fabricantes. Sejas explicó que al igual que en el país, los propietarios de vehículos a GNV realizan una recalificación o revisión cada cinco años. Llega un momento en que los equipos ya no cumplen las exigencias técnicas y son dados de baja.
Sin embargo, dijo que “hay gente que rescata esos cilindros y estos equipos, y esos son los que entran vía contrabando al país”.
Una vez que son internados en Bolivia, el tanque es pintado como si fuera nuevo.
Este periódico buscó información sobre posibles incautaciones de este material por parte de la Aduana Nacional. Sin embargo, esa entidad no tiene esa información.
En cambio, los talleres legales cumplen un procedimiento riguroso para internar los kits de GNV. Cuando esos equipos llegan a la Aduana, Ibnorca debe revisarlos y certificar su calidad.
Detalles
Los equipos de talleres legales deben llevar la certificación de calidad de Ibnorca.
Los operadores legales también alertaron que se clonan rosetas y certificados.
Esos documentos son otorgados por la Superintendencia de Hidrocarburos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario