En el marco de la organización del FIGAS 2009 –Foro Internacional del Gas a desarrollarse en Tarija en noviembre, habrá ponencias técnicas sobre hidrocarburos y energía. Boris Gómez Úzqueda, director de una compañía privada co-auspiciadora del evento explicó que la petroquímica en Bolivia es posible con gas del Chaco de Tarija.
Gómez Úzqueda, que es parte de una compañía a cargo del estudio y análisis de proyectos en la industria de gas y petróleo, la Metrotec-Energy, explicó que la instalación y construcción de un complejo petroquímico resultaría en productos de valor agregado como tubería plástica, colorantes, pinturas, caucho para llantas, aditivos para el concreto, caucho sintético, fertilizantes, insecticidas, pesticidas, herbicidas, colorantes, estabilizantes, aditivos, floculantes, barnices, resinas plásticas, pigmentos y otros que son derivados desde la petroquímica del etano/metano (desde el gas).
Sostuvo que habrá primero que certificar un nuevo reservorio –o desarrollar los actuales campos- y tener un volumen mínimo sostenible por un periodo de 10 años de 6 TCF (trillón de piés cúbicos) para que sean suficientes para encarar una industria de esa naturaleza.
“Primero deben haber procesos exploratorios, que luego den resultado la certificación técnica de nuevos bloques con reservorios” dijo el ejecutivo empresarial.
Luego de la exploración, viene la certificación de que evidentemente hay reservas. Y que las mismas tienen la capacidad de alimentar una industria a escala.
A continuación, Gómez Úzqueda explicó que “luego debe establecerse un contrato “ancla” para que alguna compañía multinacional compre todos los productos plásticos -fundamentalmente- que, presumo, se producirían en ese complejo”.
Dijo que desde ahora “ya se debería ir armando todo éste complicado proceso logístico de transporte de productos terminados de la industria petroquímica”.
Dijo que “idealmente” el complejo petroquímico podría estar situado en un puerto marítimo, por facilidad de exportación de los derivados petroquímicos, puerto al que llegaría el gas en un gasoducto. De lo contrario si estuviera en el reservorio en explotación debe ser transportado todos los productos vía terrestre a puertos para llevarlos a mercados demandantes, en este caso del Asia.
Boris Gómez Úzqueda, junto a varios analistas, expertos, colegas de la industria y entendidos en el tema energético han expresado -no sólo en Bolivia, sino afuera del país- que un complejo petroquímico debe ser parte fundamental de un proyecto en donde haya, adicionalmente, una planta de conversión de gas a líquidos (GTL), otra planta de producción de DME (dimetil éter), una termoeléctrica alimentada con gas, una planta de exportación de gas excedente vía LNG y una planta de extracción de licuables. “Sería más costoso tener los procesos separados entre sí” explicó.
Petroquímica tradicional vs. de “nueva tecnología”
Boris Gómez Úzqueda insistió en que Bolivia está urgida de lograr una transferencia de conocimientos no sólo de petroquímica “tradicional”, vale decir desde el petróleo, sino que Bolivia podría ser el gran productor de plásticos desde el metano, vía proceso GTL (gas a líquidos) a las olefinas, dejando de lado la petroquímica tradicional e inclusive la petroquímica que utiliza etano.
“Aquí en Bolivia necesitamos una petroquímica de nueva tecnología” dijo, refiriéndose a la petroquímica del metano, por ejemplo: producción de olefinas desde el metanol -MTO metanol to olefins- para producir PE polietileno (ejemplo: plásticos de aislamiento de cables, guantes, bolsas, sogas, tuberías) y PP polipropileno (ejemplo: envases, botellas de agua, caños, tuberías, fundas, etc.). “Los plásticos demandados estarán concentrados en Asia, mayormente, y la oferta podría venir de plantas de PE y de PP bolivianas”, dijo.
“Éstos productos industrializados a escala generarían a Bolivia ingresos siempre y cuando el Estado sea socio en los proyectos y no sólo cobre rentas o regalías por la producción” dijo el analista, aquí en Tarija.
Conforme datos exhibidos por él, “la industria de éste tipo a escala no es intensiva en utilización de reservorios de gas. Un cálculo conservador sería de 3 TCF (trillón de pié cúbico) para cada línea de productos (PP-PE) por un lapso de diez años, a partir de eso se debe elaborar toda la ingeniería financiera de un proyecto de tal magnitud”, dijo.
Reiteró que este complejo petroquímico debe ser parte de un complejo de producción de GTL (gas a diesel), DME (dimetil éter, sustituto del GLP), LNG (gas natural licuificado) y generación eléctrica. Estar cerca a un reservorio o directamente (si no es posible en un puerto marítimo) para bajar costes de transporte y reducir distancias a mercados consumidores.
“Nuestras apreciables reservas -y nuestra potencialidad de descubrir más- harán cada vez más atractiva a Bolivia para nuevas industrias. Creo que habrá que empezar a armar estrategias sobre petroquímica, basada en una NPE, Nueva Política Energética”, sentenció.
Gómez Úzqueda, que es parte de una compañía a cargo del estudio y análisis de proyectos en la industria de gas y petróleo, la Metrotec-Energy, explicó que la instalación y construcción de un complejo petroquímico resultaría en productos de valor agregado como tubería plástica, colorantes, pinturas, caucho para llantas, aditivos para el concreto, caucho sintético, fertilizantes, insecticidas, pesticidas, herbicidas, colorantes, estabilizantes, aditivos, floculantes, barnices, resinas plásticas, pigmentos y otros que son derivados desde la petroquímica del etano/metano (desde el gas).
Sostuvo que habrá primero que certificar un nuevo reservorio –o desarrollar los actuales campos- y tener un volumen mínimo sostenible por un periodo de 10 años de 6 TCF (trillón de piés cúbicos) para que sean suficientes para encarar una industria de esa naturaleza.
“Primero deben haber procesos exploratorios, que luego den resultado la certificación técnica de nuevos bloques con reservorios” dijo el ejecutivo empresarial.
Luego de la exploración, viene la certificación de que evidentemente hay reservas. Y que las mismas tienen la capacidad de alimentar una industria a escala.
A continuación, Gómez Úzqueda explicó que “luego debe establecerse un contrato “ancla” para que alguna compañía multinacional compre todos los productos plásticos -fundamentalmente- que, presumo, se producirían en ese complejo”.
Dijo que desde ahora “ya se debería ir armando todo éste complicado proceso logístico de transporte de productos terminados de la industria petroquímica”.
Dijo que “idealmente” el complejo petroquímico podría estar situado en un puerto marítimo, por facilidad de exportación de los derivados petroquímicos, puerto al que llegaría el gas en un gasoducto. De lo contrario si estuviera en el reservorio en explotación debe ser transportado todos los productos vía terrestre a puertos para llevarlos a mercados demandantes, en este caso del Asia.
Boris Gómez Úzqueda, junto a varios analistas, expertos, colegas de la industria y entendidos en el tema energético han expresado -no sólo en Bolivia, sino afuera del país- que un complejo petroquímico debe ser parte fundamental de un proyecto en donde haya, adicionalmente, una planta de conversión de gas a líquidos (GTL), otra planta de producción de DME (dimetil éter), una termoeléctrica alimentada con gas, una planta de exportación de gas excedente vía LNG y una planta de extracción de licuables. “Sería más costoso tener los procesos separados entre sí” explicó.
Petroquímica tradicional vs. de “nueva tecnología”
Boris Gómez Úzqueda insistió en que Bolivia está urgida de lograr una transferencia de conocimientos no sólo de petroquímica “tradicional”, vale decir desde el petróleo, sino que Bolivia podría ser el gran productor de plásticos desde el metano, vía proceso GTL (gas a líquidos) a las olefinas, dejando de lado la petroquímica tradicional e inclusive la petroquímica que utiliza etano.
“Aquí en Bolivia necesitamos una petroquímica de nueva tecnología” dijo, refiriéndose a la petroquímica del metano, por ejemplo: producción de olefinas desde el metanol -MTO metanol to olefins- para producir PE polietileno (ejemplo: plásticos de aislamiento de cables, guantes, bolsas, sogas, tuberías) y PP polipropileno (ejemplo: envases, botellas de agua, caños, tuberías, fundas, etc.). “Los plásticos demandados estarán concentrados en Asia, mayormente, y la oferta podría venir de plantas de PE y de PP bolivianas”, dijo.
“Éstos productos industrializados a escala generarían a Bolivia ingresos siempre y cuando el Estado sea socio en los proyectos y no sólo cobre rentas o regalías por la producción” dijo el analista, aquí en Tarija.
Conforme datos exhibidos por él, “la industria de éste tipo a escala no es intensiva en utilización de reservorios de gas. Un cálculo conservador sería de 3 TCF (trillón de pié cúbico) para cada línea de productos (PP-PE) por un lapso de diez años, a partir de eso se debe elaborar toda la ingeniería financiera de un proyecto de tal magnitud”, dijo.
Reiteró que este complejo petroquímico debe ser parte de un complejo de producción de GTL (gas a diesel), DME (dimetil éter, sustituto del GLP), LNG (gas natural licuificado) y generación eléctrica. Estar cerca a un reservorio o directamente (si no es posible en un puerto marítimo) para bajar costes de transporte y reducir distancias a mercados consumidores.
“Nuestras apreciables reservas -y nuestra potencialidad de descubrir más- harán cada vez más atractiva a Bolivia para nuevas industrias. Creo que habrá que empezar a armar estrategias sobre petroquímica, basada en una NPE, Nueva Política Energética”, sentenció.
Yo creo que no se deben hacer sugerencias a la ligera en materia petroquímica, la selección de lugar y producto deben estudiarse detenidamente en función de lascondiciones de transporte y mercado.Primero encarar la petroquimica básica y esto debe estar a cargo de empresas petroquimicas. El estado por muy buena voluntad que tenga no podrá hacerlo.
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