Trinidad y Tobago, Venezuela y Perú copan los mercados potenciales de gas natural que tenía Bolivia hace cinco años por la pérdida de confianza en el país que, desde hace dos años, comenzó a incumplir contratos. Analistas aseguran que incluso está en riesgo el único mercado con potencial de demanda como es el de Argentina.
Hace cinco años, el país era considerado el “centro energético” de la región, con posibilidad de convertirse en el principal distribuidor de gas natural a las naciones vecinas; sin embargo, esa situación cambió.
El ex ministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos explicó que el mercado argentino corre riesgo porque los acuerdos alcanzados el 17 de octubre de 2007 entre los gobiernos de Bolivia y Argentina para construir el gasoducto al noreste no son creíbles para los inversionistas.
Este ducto demanda una inversión de 1.500 millones de dólares, pero su construcción está atrasada debido a que Bolivia no ofrece garantías para cumplir a futuro la exportación de 27 millones de metros cúbicos de gas comprometidos por contrato.
Según Ríos, si el país no cumple hasta diciembre, Argentina tomará el gas venezolano. “El gran amigo de Bolivia le va a competir”.
Esta situación puede tornarse peligrosa porque la producción de líquidos que viene asociada a la extracción de gas declinará y habrá un mayor desabastecimiento de combustibles en el mercado interno.
Ríos recordó que Venezuela ha puesto en marcha su proyecto gasífero Mariscal Sucre y le venderá gas a Argentina.
De acuerdo con el portal venezueladeverdad.gob.ve, mediante este emprendimiento se pretende producir 2.540 millones de pies cúbicos día, cifra que supera el consumo total de Venezuela.
El energético obtenido será destinado, en primer lugar, al consumo nacional como gas residencial y vehicular, en el desarrollo de la petroquímica y en la puesta en marcha de las termoeléctricas. En segundo lugar, el país vecino estima para 2011 la exportación de gas natural licuado (GNL).
En ese marco, el portal menciona que ya se firmaron convenios y compromisos con varias naciones, como Argentina, Portugal y Cuba, y hay conversaciones con Brasil.
El portal hidrocarburosbolivia.com informó que en mayo Venezuela y Argentina suscribieron un memorándum de entendimiento para la instalación de una planta de regasificación de GNL.
El ex secretario de Energía Carlos Alberto López complementó que en Bahía Blanca, Argentina, ese país instaló una planta de regasificación por la cual se abastece de GNL importado en barco desde Trinidad y Tobago.
Agregó que otro competidor natural de Bolivia es Perú, que construye una planta de licuefacción en el sur de Lima y pronto exportará GNL a México y la costa de California en Estados Unidos. El país hasta 2002 pretendía exportar el energético a esos mercados, pero, tras la oposición de El Alto a que también se abastezca Chile, el proyecto quedó suspendido en 2003.
Ese mercado ahora se aprovisiona de GNL de Trinidad y Tobago con la instalación de una planta de regasificación en Quintero, y habrá otra en enero en Mejillones.
“Ése es el cambio paradigmático. Hace cinco años Bolivia era el proveedor preferente de gas natural a todos los vecinos, incluyendo el sur de Perú, pero ahora existe un rechazo de éstos a una dependencia del gas boliviano”.
Esto ocurrió porque el país ya no constituye una garantía como proveedor seguro del energético porque no tiene ni siquiera información actualizada de sus reservas gasíferas.
López recordó que desde 1972 hasta 2007 el país no dejó de honrar el contrato de venta de gas a la Argentina, pero en los últimos años acabó con esa reputación al haber incumplido entregas a los mercados de Cuiabá y Sao Paulo, en Brasil.
También incumple su relación contractual con Argentina, adonde en la actualidad deberían enviarse 7,7 millones de metros cúbicos, hasta completar a 27 millones en 2017.
Frente a ese panorama, la ex autoridad explicó que los países vecinos prefieren comprar gas
—aunque esto sea más costoso— a Trinidad y Tobago o impulsar el autoabastecimiento, como Brasil.
Mientras que Bolivia se encuentra rezagada y tiene una caída en las inversiones, que disminuyeron de 900 millones de dólares anuales hace diez años a 250 millones en la actualidad.
Ríos añadió que el país no debe perder de vista el mercado argentino porque es el único que tiene potencial de demanda y si no se lo aprovecha, la situación puede tornarse crítica.
Esto porque en diez años acabará el contrato con Brasil y no hay otras alternativas por la falta de una gestión eficiente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en la búsqueda de nuevos socios.
El Gobierno dice que privilegia el mercado interno
El asesor del Ministerio de Hidrocarburos Manuel Morales Olivera aseguró que el Gobierno privilegia el mercado interno y revisa los planes de desarrollo de las empresas petroleras para delimitar el potencial productivo de hidrocarburos del país.
“Lo sensato para el país es contar con producción propia, apuntalar la industrialización y ver opciones de otros mercados”.
Señaló que sólo en la medida en que se conozca la capacidad productiva del sector se podrá definir el destino de la oferta y los mercados.
De acuerdo con la política sectorial, la industrialización es una prioridad porque permite generar valor agregado y mejores precios de venta.
Hasta la fecha, proyectos como la planta separadora de líquidos en Río Grande o en Yacuiba, en Santa Cruz, están retrasados y no prosperan.
Según Morales, las decisiones de países como Venezuela que buscan mercados para colocar sus producción de gas no le restan mercados a Bolivia.
“La demanda de gas en la región es tan grande como para absorber el gas boliviano, como de las plantas de regasificación de Venezuela. “Lo sensato de cualquier país es tener producción propia y contar con varias alternativas de suministro del energético”.
Este año Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debía invertir los 1.000 millones de dólares que le otorgó como préstamo el Banco Central de Bolivia (BCB).
Las compañías petroleras, a su vez, comprometieron para este año una inyección de capital de más de 600 millones de dólares.
Las principales inversiones serán las de la brasileña Petrobras y la española Repsol.
Más datos
Según el ex superintendente de Hidrocarburos Carlos Miranda, los mercados externos de gas para Bolivia están copados.
Perú es autosuficiente en su producción y apuesta por la exportación de gas natural licuado (LNG) para 2010 y 2011.
Chile se abastecerá desde julio de LNG, y marginalmente de Argentina. No acepta el condicionamiento de Bolivia de gas por mar y perdió confianza en el suministro regional.
Argentina tiene un mercado desabastecido de diez a 20 millones de metros cúbicos por día de gas. En invierno sube a 20 y 30 millones.
La mejor opción para el país vecino es Bolivia si es que logra desarrollar una capacidad de producción adicional de 30 millones de metros cúbicos día.
Si Bolivia continúa demorando las entregas fijadas en el contrato, el gas boliviano que debe llegar por gasoducto será sustituido por LNG.
Brasil mantendrá su contrato vigente con Bolivia hasta 2021, pero se estima que no demandará más de 30 millones de metros cúbicos.
En el caso de Paraguay y Uruguay, su consumo no justifica la construcción de un gasoducto directo por la distancia, son mercados complementarios a la Argentina.
Los mercados de México y Estados Unidos han quedado postergados para Bolivia. Perú se vislumbra como proveedor.
Hasta 2003, en la región había sólo dos proyectos de licuefacción de gas natural en proyección.
A la fecha existen en la región tres proyectos en construcción, dos en consideración, cuatro plantas de regasificación y dos de licuefacción de gas.
Bolivia hace cinco años tenía perspectivas de constituirse como el corazón energético de la región.
La falta de seriedad en el cumplimiento de los contratos vigentes ha hecho de Bolivia un socio poco confiable.
Por eso los países de la región han optado por la compra de LNG en barcos de países como Trinidad y Tobago, e incluso por revisar las ofertas de Rusia o Nigeria para garantizar su provisión.
Los datos
Hasta 2003, el país tenía la posibilidad de vender gas a Chile y Estados Unidos.
Con la “guerra del gas” quedó postergada esa posibilidad de contar con nuevos mercados.
El referéndum de 2004 terminó por cerrar la opción de venta de gas a Chile.
Las exportaciones a Brasil disminuyeron de 30 millones de metros cúbico a 24 y 26 millones.
La ventas a Argentina están en un promedio de cuatro a seis millones de metros cúbicos.
Hace cinco años, el país era considerado el “centro energético” de la región, con posibilidad de convertirse en el principal distribuidor de gas natural a las naciones vecinas; sin embargo, esa situación cambió.
El ex ministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos explicó que el mercado argentino corre riesgo porque los acuerdos alcanzados el 17 de octubre de 2007 entre los gobiernos de Bolivia y Argentina para construir el gasoducto al noreste no son creíbles para los inversionistas.
Este ducto demanda una inversión de 1.500 millones de dólares, pero su construcción está atrasada debido a que Bolivia no ofrece garantías para cumplir a futuro la exportación de 27 millones de metros cúbicos de gas comprometidos por contrato.
Según Ríos, si el país no cumple hasta diciembre, Argentina tomará el gas venezolano. “El gran amigo de Bolivia le va a competir”.
Esta situación puede tornarse peligrosa porque la producción de líquidos que viene asociada a la extracción de gas declinará y habrá un mayor desabastecimiento de combustibles en el mercado interno.
Ríos recordó que Venezuela ha puesto en marcha su proyecto gasífero Mariscal Sucre y le venderá gas a Argentina.
De acuerdo con el portal venezueladeverdad.gob.ve, mediante este emprendimiento se pretende producir 2.540 millones de pies cúbicos día, cifra que supera el consumo total de Venezuela.
El energético obtenido será destinado, en primer lugar, al consumo nacional como gas residencial y vehicular, en el desarrollo de la petroquímica y en la puesta en marcha de las termoeléctricas. En segundo lugar, el país vecino estima para 2011 la exportación de gas natural licuado (GNL).
En ese marco, el portal menciona que ya se firmaron convenios y compromisos con varias naciones, como Argentina, Portugal y Cuba, y hay conversaciones con Brasil.
El portal hidrocarburosbolivia.com informó que en mayo Venezuela y Argentina suscribieron un memorándum de entendimiento para la instalación de una planta de regasificación de GNL.
El ex secretario de Energía Carlos Alberto López complementó que en Bahía Blanca, Argentina, ese país instaló una planta de regasificación por la cual se abastece de GNL importado en barco desde Trinidad y Tobago.
Agregó que otro competidor natural de Bolivia es Perú, que construye una planta de licuefacción en el sur de Lima y pronto exportará GNL a México y la costa de California en Estados Unidos. El país hasta 2002 pretendía exportar el energético a esos mercados, pero, tras la oposición de El Alto a que también se abastezca Chile, el proyecto quedó suspendido en 2003.
Ese mercado ahora se aprovisiona de GNL de Trinidad y Tobago con la instalación de una planta de regasificación en Quintero, y habrá otra en enero en Mejillones.
“Ése es el cambio paradigmático. Hace cinco años Bolivia era el proveedor preferente de gas natural a todos los vecinos, incluyendo el sur de Perú, pero ahora existe un rechazo de éstos a una dependencia del gas boliviano”.
Esto ocurrió porque el país ya no constituye una garantía como proveedor seguro del energético porque no tiene ni siquiera información actualizada de sus reservas gasíferas.
López recordó que desde 1972 hasta 2007 el país no dejó de honrar el contrato de venta de gas a la Argentina, pero en los últimos años acabó con esa reputación al haber incumplido entregas a los mercados de Cuiabá y Sao Paulo, en Brasil.
También incumple su relación contractual con Argentina, adonde en la actualidad deberían enviarse 7,7 millones de metros cúbicos, hasta completar a 27 millones en 2017.
Frente a ese panorama, la ex autoridad explicó que los países vecinos prefieren comprar gas
—aunque esto sea más costoso— a Trinidad y Tobago o impulsar el autoabastecimiento, como Brasil.
Mientras que Bolivia se encuentra rezagada y tiene una caída en las inversiones, que disminuyeron de 900 millones de dólares anuales hace diez años a 250 millones en la actualidad.
Ríos añadió que el país no debe perder de vista el mercado argentino porque es el único que tiene potencial de demanda y si no se lo aprovecha, la situación puede tornarse crítica.
Esto porque en diez años acabará el contrato con Brasil y no hay otras alternativas por la falta de una gestión eficiente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en la búsqueda de nuevos socios.
El Gobierno dice que privilegia el mercado interno
El asesor del Ministerio de Hidrocarburos Manuel Morales Olivera aseguró que el Gobierno privilegia el mercado interno y revisa los planes de desarrollo de las empresas petroleras para delimitar el potencial productivo de hidrocarburos del país.
“Lo sensato para el país es contar con producción propia, apuntalar la industrialización y ver opciones de otros mercados”.
Señaló que sólo en la medida en que se conozca la capacidad productiva del sector se podrá definir el destino de la oferta y los mercados.
De acuerdo con la política sectorial, la industrialización es una prioridad porque permite generar valor agregado y mejores precios de venta.
Hasta la fecha, proyectos como la planta separadora de líquidos en Río Grande o en Yacuiba, en Santa Cruz, están retrasados y no prosperan.
Según Morales, las decisiones de países como Venezuela que buscan mercados para colocar sus producción de gas no le restan mercados a Bolivia.
“La demanda de gas en la región es tan grande como para absorber el gas boliviano, como de las plantas de regasificación de Venezuela. “Lo sensato de cualquier país es tener producción propia y contar con varias alternativas de suministro del energético”.
Este año Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debía invertir los 1.000 millones de dólares que le otorgó como préstamo el Banco Central de Bolivia (BCB).
Las compañías petroleras, a su vez, comprometieron para este año una inyección de capital de más de 600 millones de dólares.
Las principales inversiones serán las de la brasileña Petrobras y la española Repsol.
Más datos
Según el ex superintendente de Hidrocarburos Carlos Miranda, los mercados externos de gas para Bolivia están copados.
Perú es autosuficiente en su producción y apuesta por la exportación de gas natural licuado (LNG) para 2010 y 2011.
Chile se abastecerá desde julio de LNG, y marginalmente de Argentina. No acepta el condicionamiento de Bolivia de gas por mar y perdió confianza en el suministro regional.
Argentina tiene un mercado desabastecido de diez a 20 millones de metros cúbicos por día de gas. En invierno sube a 20 y 30 millones.
La mejor opción para el país vecino es Bolivia si es que logra desarrollar una capacidad de producción adicional de 30 millones de metros cúbicos día.
Si Bolivia continúa demorando las entregas fijadas en el contrato, el gas boliviano que debe llegar por gasoducto será sustituido por LNG.
Brasil mantendrá su contrato vigente con Bolivia hasta 2021, pero se estima que no demandará más de 30 millones de metros cúbicos.
En el caso de Paraguay y Uruguay, su consumo no justifica la construcción de un gasoducto directo por la distancia, son mercados complementarios a la Argentina.
Los mercados de México y Estados Unidos han quedado postergados para Bolivia. Perú se vislumbra como proveedor.
Hasta 2003, en la región había sólo dos proyectos de licuefacción de gas natural en proyección.
A la fecha existen en la región tres proyectos en construcción, dos en consideración, cuatro plantas de regasificación y dos de licuefacción de gas.
Bolivia hace cinco años tenía perspectivas de constituirse como el corazón energético de la región.
La falta de seriedad en el cumplimiento de los contratos vigentes ha hecho de Bolivia un socio poco confiable.
Por eso los países de la región han optado por la compra de LNG en barcos de países como Trinidad y Tobago, e incluso por revisar las ofertas de Rusia o Nigeria para garantizar su provisión.
Los datos
Hasta 2003, el país tenía la posibilidad de vender gas a Chile y Estados Unidos.
Con la “guerra del gas” quedó postergada esa posibilidad de contar con nuevos mercados.
El referéndum de 2004 terminó por cerrar la opción de venta de gas a Chile.
Las exportaciones a Brasil disminuyeron de 30 millones de metros cúbico a 24 y 26 millones.
La ventas a Argentina están en un promedio de cuatro a seis millones de metros cúbicos.
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