a petroquímica brasileña Braskem ratificó su interés de asociarse a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para industrializar el gas, además que duplicó su propuesta para instalar dos complejos en territorio nacional; mientras tanto, el Gobierno asegura que tomará su tiempo para evaluar el planteamiento.
El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, según la agencia Fides, se reunió con una delegación de Braskem, presidida por el director Superintendente del Cono Sur de Odebrecht en representación de la petroquímica, Daniel Villar.
El Gobierno boliviano tomará su tiempo “para reflexionar” y definir si acepta la propuesta o la rechaza. En tanto que, la delegación de Braskem aceptó que el marco jurídico está dado y todavía “va a ser analizado” por la empresa.
Uno de los componentes para la decisión de invertir en la industrialización del energético “es la existencia de gas en suficiencia para el complejo petroquímico”, puntualizó Villar al recalcar su optimismo al indicar: “Creemos que el gas está y va a existir más incluso”.
Un polo petroquímico requiere del flujo de por lo menos 40 millones de metros cúbicos por día (MCD) de gas natural para extraer el etano. Por eso el complejo boliviano-brasileño estaba proyectado para instalar en la frontera, aprovechando el gas que se envía a Brasil. Y sería el mismo caso de ocurrir en el Chaco, para utilizar parte del energético, puesto que a ambos mercados Bolivia enviará gas seco.
El costo de cada complejo petroquímico está calculado en 1.500 millones de dólares, explicó Villar y dijo que la participación en la sociedad todavía está en discusión.
Otro de los requisitos para materializar un complejo petroquímico es el mercado consumidor, reconoció Villar al añadir que también se debe analizar otras variables como la logística.
Por otro lado, el Ministro de Hidrocarburos dijo que la misión de Braskem llegó al país para continuar las conversaciones sobre la posibilidad de emprender un proyecto conjunto para la industrialización del gas.
El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, según la agencia Fides, se reunió con una delegación de Braskem, presidida por el director Superintendente del Cono Sur de Odebrecht en representación de la petroquímica, Daniel Villar.
El Gobierno boliviano tomará su tiempo “para reflexionar” y definir si acepta la propuesta o la rechaza. En tanto que, la delegación de Braskem aceptó que el marco jurídico está dado y todavía “va a ser analizado” por la empresa.
Uno de los componentes para la decisión de invertir en la industrialización del energético “es la existencia de gas en suficiencia para el complejo petroquímico”, puntualizó Villar al recalcar su optimismo al indicar: “Creemos que el gas está y va a existir más incluso”.
Un polo petroquímico requiere del flujo de por lo menos 40 millones de metros cúbicos por día (MCD) de gas natural para extraer el etano. Por eso el complejo boliviano-brasileño estaba proyectado para instalar en la frontera, aprovechando el gas que se envía a Brasil. Y sería el mismo caso de ocurrir en el Chaco, para utilizar parte del energético, puesto que a ambos mercados Bolivia enviará gas seco.
El costo de cada complejo petroquímico está calculado en 1.500 millones de dólares, explicó Villar y dijo que la participación en la sociedad todavía está en discusión.
Otro de los requisitos para materializar un complejo petroquímico es el mercado consumidor, reconoció Villar al añadir que también se debe analizar otras variables como la logística.
Por otro lado, el Ministro de Hidrocarburos dijo que la misión de Braskem llegó al país para continuar las conversaciones sobre la posibilidad de emprender un proyecto conjunto para la industrialización del gas.
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