Peligro: Las empresas que capitalizaron YPFB dieron prioridad a la exportación de gas natural y no realizaron nuevas inversiones.
A.D. Hans Soria O. / Los Tiempos.- La producción nacional de gasolina especial, jet fuel, diésel oil y lubricantes estará en riesgo de colapso dentro de dos a tres años debido a que las reservas probadas de petróleo crudo al parecer disminuyeron drásticamente en los anteriores cinco años.
Los cálculos y análisis corresponden a los expertos Gustavo Rodríguez y Bernardo Prado, basados en datos de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Cochabamba produce el 70 por ciento del petróleo crudo, por lo que será el departamento más afectado por la caída por regalías y otros conceptos de la explotación. Al 1 de enero de 2005, el más reciente informe de la certificadora DeGolyer and MacNaughton estableció que las reservas probadas de petróleo crudo y condensado totalizaban 465,2 millones de barriles (MMBbl), de los que 447,3 MMBbl son de condensado y 17,9 MMBbl, de crudo.
Rodríguez estima que las reservas disminuyeron en función al agotamiento natural de los yacimientos sometidos a un proceso de explotación constante.
Con datos oficiales de YPFB, explicó que en los anteriores cinco años, Bolivia ha producido y consumido alrededor de 68,3 MMBbl de condensados y 17,9 MMBbl de crudo, teniendo a la fecha 379,02 MMBbl del primero y prácticamente nada del segundo.
Rodríguez dice que aún quedan 3,9 MMBbl de crudo porque existen pozos que tienen aún reservas que no fueron certificadas. “Entre enero de 2005 y septiembre de 2010, para ser más precisos en los últimos cinco años y 11 meses, los bolivianos hemos consumido todas nuestras reservas de petróleo crudo, y los 3,9 millones de barriles que aún quedan corresponden a siete pozos que están produciendo por encima de lo certificado hace cinco años”, explicó.
Entre el petróleo condensado y el crudo existe gran diferencia. Del primero se obtienen derivados livianos como gasolinas livianas, naftas y vaselinas; mientras que del segundo, diésel oil, jet fuel, kerosene y gasolinas de alto octanaje, que son los que tienen más demanda y son de mayor calidad.
Considerando que actualmente Bolivia produce y consume un promedio de 5.500 barriles de crudo al día, se estima que las refinerías de Cochabamba y Santa Cruz tendrán petróleo crudo por los próximos dos o tres años para producir carburantes y lubricantes de calidad; después habrá que pensar en importar más crudo y sus derivados.
“El petróleo es el principal insumo para las refinerías; si éstas no tienen petróleo para refinar, entonces lo más probable es que se incrementen las importaciones de diésel, gasolina, GLP y otros derivados”, comenta el analista Bernardo Prado.
Entre las causas que precipitaron el agotamiento de las reservas de petróleo crudo, Prado mencionó que las transnacionales que capitalizaron la industria petrolera nacional dieron prioridad al mercado externo del gas y no al mercado interno del petróleo, destinado a la producción de carburantes y lubricantes para el mercado nacional.
“Las empresas transnacionales no buscaron ni encontraron más yacimientos de petróleo que los que había hasta antes de la capitalización (1997), es decir que durante 13 años no invirtieron en la exploración y búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo, sino de gas”, agregó Rodríguez. En su criterio, lo que el país necesita son nuevos yacimientos de petróleo crudo, porque la agroindustria, la minería y el transporte internacional se mueven con diésel, que proviene de refinar petróleo. En 1998, dentro el proceso de capitalización, en Bolivia se producía un promedio de 19.000 barriles de petróleo crudo por día; en diciembre del año pasado, 6.000 barriles día, y a octubre de este año, un promedio de 5.300 barriles día. Hubo una reducción constante de la producción.
Bolivia ya ingresó en el club de importadores de carburantes
Desde hace 10 años aproximadamente, Bolivia importa no solamente diésel oil, gasolinas de elevado octanaje y jet fuel, entre otros, para el parque automotor nacional, sino también otros derivados como alquitranes, aceite crudo de petróleo, aceites blancos, líquidos para transmisiones hidráulicas, lubricantes para motores diésel, parafina y betún de petróleo para satisfacer el requerimiento de la industria boliviana, de acuerdo con datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Las refinerías de Cochabamba y Santa Cruz, a falta de materia prima, no producen esos derivados en las cantidades requeridas, explica un operario de la refinería de Valle Hermoso, que pidió guardar su identidad.
Según estadísticas del IBCE, las importaciones de hidrocarburos se incrementaron considerablemente en los anteriores cinco años: de 400,27 millones de kilos importados en 2005, por valor de 246,62 millones de dólares, a 739,26 millones de kilos, por 498,93 millones de dólares en 2009.
Hasta septiembre de este año, las importaciones totalizaron 580,70 millones de kilos por un valor de 483,09 millones de dólares. Hasta el 31 de diciembre se estima que puedan superar los 500 millones de dólares.
El Plan de Inversiones de YPFB propone solucionar el desabastecimiento, cada vez más creciente, de combustibles pesados (diésel oil y gasolina automotriz) por la falta de petróleo crudo, construyendo una refinería en el altiplano (El Alto), que tendría capacidad de procesar cada día un promedio de 30.000 barriles de petróleo crudo importado con un presupuesto de 800 millones de dólares año. Rodríguez cuestiona y dice que con la mitad de esos recursos se pueden encontrar nuevos yacimientos de crudo en el bloque Mamoré.
Analista anticipa informe con caída en reserva petrolera
“En lo que a reservas de petróleo se refiere, no existen motivos para suponer que el panorama sea diferente al de las reservas de gas. En ese sentido, se puede afirmar con certeza que el informe de Ryder Scott revelará que las reservas de petróleo en Bolivia han caído con relación a la última certificación realizada al 1 de enero de 2005 por DeGolyer and MacNaughton”, expresó el consultor en temas energéticos Bernardo Prado.
En opinión del analista, la reducción de las reservas se debe principalmente a la falta de inversión en exploración y desarrollo de campos, hecho que va de la mano con el precio regulado del petróleo en el mercado boliviano.
Ya son varios los años en los que no se han realizado las inversiones necesarias para encarar campañas agresivas de exploración y desarrollo de campos, que permitan reponer las reservas de petróleo a medida que éstas se van agotando, aseguró.
“¿Cómo podemos esperar que las reservas de petróleo no se reduzcan en el tiempo si lo extraemos, lo consumimos y no hacemos nada para reponerlo?”, se preguntó Prado. A eso debemos sumar el hecho de que producir petróleo en Bolivia no es algo que las compañías petroleras consideren un buen negocio, sostuvo.
El barril de petróleo está actualmente rozando los 90 dólares en el mercado internacional; mientras que en el mercado boliviano, las petroleras reciben 27 dólares por cada barril de petróleo que producen. Prado afirmó que si a ese valor se resta el 50 por ciento por concepto del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y regalías, las petroleras se quedan con 13,5 dólares para cubrir costos operativos, recuperar la inversión y obtener ganancia. En 2008, cuando el petróleo alcanzó el récord histórico de 145 dólares por barril en el mercado internacional, la producción de petróleo en Bolivia no se incrementó, por el contrario, se redujo.
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