El Gobierno y la estatal YPFB se contradicen sobre la contaminación del arroyo Muñeca generada por la planta de urea, ubicada en la localidad de Bulo Bulo, Cochabamba.
Mientras desde el Viceministerio de Medio Ambiente se sostiene que el complejo petroquímico es seguro, y que debido a su tecnología, no precisa de un sistema de tratamiento de aguas, desde Yacimientos indican todo lo contrario; sostienen que la industria cuenta con dos piscinas de tratamiento de aguas, que luego son devueltas al riachuelo, pero con residuos mínimos de amoniaco, dijo ayer un matutino de Santa Cruz en su edición digital.
INCÓGNITA
Y el tema cada vez genera más cuestionamientos de parte de legisladores opositores. A esto se sumaron las denuncias de pobladores afectados por la posible contaminación del manantial, que aseguran que la obra se entregó incompleta.
Más allá de aclarar lo que realmente pasó, la viceministra de medioambiente, Cynthia Silva, alimentó más las dudas.
La autoridad indicó que en una inspección realizada por técnicos de su cartera, se verificó que el sistema industrial del complejo petroquímico es cerrado.
“Esto implica que aunque tenga una fuga, que la puede tener, no puede provocar un accidente ambiental”, informó Silva.
Sobre el tratamiento de las aguas que usa esta planta, la viceministra sostuvo que por su alta modernidad “en el ámbito se usó solo para enfriamiento”.
“Se reconduce dentro del mismo sistema. Esa agua no se filtra al medioambiente. Cuando hay que cambiarla, se lleva a plantas de tratamiento en Santa Cruz”, dijo.
Consultada sobre si una industria de grandes dimensiones como la petroquímica necesita de una planta de tratamiento, la autoridad de forma textual dijo: “No se lo consideró, porque no se necesita, porque el equipo que hay es especializado”, dijo.
Aseguró que técnicos de la Gobernación de Cochabamba y de su viceministerio revisaron el interior de la industria.
“Hay un solo vertido que son las aguas de lluvia, eso que sale de la planta al arroyo”, precisó.
La autoridad adelantó que técnicos de la Gobernación de Cochabamba y su despacho tomaron muestras de agua que “se verificarían en un laboratorio independiente”. Insistió que no hay daño ambiental y minimizó la denuncia de los lugareños de Bulo Bulo.
“No hay posibilidades de contaminación. No se detectó nada. El agua es cristalina”, aseguró.
OTRA VERSIÓN
Pero la defensa a ultranza de la planta realizada por la autoridad no coincide con lo expuesto por YPFB, lo que generó más dudas sobre el caso.
Gonzalo Saavedra, vicepresidente de Operaciones de YPFB Corporación, aseguró que “es imposible que una planta de esta envergadura pueda trabajar sin una planta de tratamiento de agua”.
Es más, sostuvo que la enorme infraestructura cuenta con dos piscinas de tratamiento.
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