El país entra en su cuarta semana de filas interminables en los surtidores debido a la escasez de gasolina y diésel. En varias ciudades, los conductores deben esperar más de un día para cargar combustible, mientras Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) intenta normalizar la distribución con la llegada de cisternas desde Arica y Paraguay.
En Santa Cruz, las estaciones de servicio registran largas hileras de vehículos, especialmente en la zona oeste y la Villa Primero de Mayo, donde algunos surtidores se quedaron sin carburante desde tempranas horas. La situación es similar en Cochabamba y El Alto, donde las filas de camiones y autos bloquean varias calles y avenidas.
YPFB informó que 97 millones de litros de combustible están siendo descargados en la terminal marítima de Sica Sica, en Arica, para abastecer el mercado interno. Sin embargo, el transporte del producto aún enfrenta demoras, lo que mantiene la incertidumbre en los surtidores.
Además, se espera que la importación de diésel desde Paraguay alivie parcialmente la crisis. César Mansilla, dirigente del sector cisternas, confirmó que los camiones que estuvieron varados en Asunción por problemas de pago comenzaron a moverse hacia Bolivia. "Algunos cisternas ya están llegando a Villamontes y de ahí seguirán su ruta a Palmasola", indicó.
A pesar de estos esfuerzos, Félix Tardío, transportista de combustible en provincias cruceñas, señaló que la falta de pago sigue afectando la distribución. "Muchos camiones están parados sin poder ingresar a la refinería de Palmasola, lo que provoca retrasos de hasta cinco días en el abastecimiento a los municipios", explicó.
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