domingo, 1 de mayo de 2016

Guillermo Achá: Fue una decisión correcta y no es a corto plazo



El presidente ejecutivo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) accedió a una entrevista con La Razón en la que hizo una presentación de los principales resultados de los 10 años de la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia y comparó los datos con los que se tenían una década antes, en el periodo neoliberal. Detalló las cifras en cuanto a las inversiones, producción, renta petrolera, exportaciones y utilidades de ambas etapas.

— ¿Qué aspectos resalta de la nacionalización de los hidrocarburos?

— Creo que estamos cumpliendo 10 años de lo que fue un hecho histórico que cambió la economía de nuestro país, en sentido de hoy ser soberanos, tener una dignidad y principalmente tener una política a través de la recuperación de los recursos naturales (...). Hay que considerar que el resultado principal de esta recuperación hizo que Bolivia cuente con recursos económicos que antes se iban fuera de nuestras fronteras. Esto puede estar claramente representado en algunos datos que nos muestran la conveniencia y la decisión acertada que tuvo nuestro presidente Evo Morales para nacionalizar los hidrocarburos.

Ustedes pueden ver cómo es que después de la nacionalización, luego de 2006, Bolivia tuvo un excedente económico a partir de estos recursos recuperados, en 10 años, de $us 31.573 millones; y es necesaria la comparación con un periodo anterior, donde las condiciones de la operación y principalmente de la propiedad de nuestros recursos marcaban que Bolivia solo se beneficie con un 18% y hoy lo haga con un 80%.

Prácticamente este 18% era el que se distribuía a nuestra economía y un 82% era el que tenían como beneficio las empresas que operaban en nuestro país, hoy el contexto es distinto, más bien es inversamente proporcional, considerando que Bolivia se beneficia con un 80% y las empresas petroleras con un 20%.

— ¿Cómo evolucionó la renta petrolera?

— Haciendo una comparación con los 10 años antes de la nacionalización, puede ver que son prácticamente $us 2.516 millones entre 1996 y 2005 que se obtuvo por renta petrolera, frente a los $us 31.573 millones obtenidos durante los últimos 10 años desde la nacionalización. En un índice de incremento, estamos hablando de que es más de 1.155% de crecimiento que hemos tenido con respecto a la generación de estos recursos y el beneficio que se tiene, porque es distribuido a todo nivel y a toda la población.

Uno de los factores más importantes que se tuvo para la decisión de la nacionalización era que muchos de los sectores que estaban operando en nuestro país criticaban esta decisión y mencionaban que la inversión en Bolivia se había terminado porque con estas condiciones ya no se iba a tener recursos importantes en la actividad hidrocarburífera de nuestro país. Sin embargo, la realidad fue distinta, desde la gestión 2006 hasta 2015 se invirtieron $us 11.128 millones en todo el sector de hidrocarburos. Obligados a tener la comparación de 10 años antes, solamente se habían invertido $us 4.089 millones, entre 1996 y 2005 (...). Más bien se ha tenido un índice de crecimiento de más del 172% en todo lo que ha sido la inversión del sector.

Y esto también marca que la inversión pública nacional se haya incrementado porque de toda la inversión pública nacional que se tenía en el periodo 1996-2005, prácticamente el porcentaje de inversión que realizaba YPFB era de un 1,6%, no tenía ningún tipo de inversión importante. Sin embargo, entre 2006 y 2015, éstos fueron de más de $us 11.000 millones y representaron que dentro de lo que es la inversión pública YPFB tenga un porcentaje de participación del 11%; se multiplicó por 10 esta participación en inversión pública. Entonces vemos que la conveniencia de haber tomado esta decisión también beneficia a que estos recursos generados a través de la recuperación de nuestros hidrocarburos sean reinvertidos en las actividades de la cadena.

— ¿Cómo fue el impacto de la nacionalización en las exportaciones de hidrocarburos?

— Los recuros reinvertidos mejoraron las condiciones de todas las actividades de la cadena, desde exploración, desarrollo, transporte, refinación, almacenaje, comercialización y distribución, prácticamente en todo lo que era la balanza comercial. De lo que era exportación, antes los hidrocarburos solo representaban el 24,7% de las ventas externas que teníamos como país. Hoy, gracias a un incremento de producción —porque hemos pasado de producir 30 millones de metros cúbicos día a hoy producir por encima de 60 millones de metros cúbicos día—, nos ha permitido que aperturemos mercados importantes, como son Brasil y Argentina, lo que hace que prácticamente las exportaciones de hidrocarburos representen hoy el 47,9%.

— ¿Cuál es la diferencia entre la YPFB de antes y la de ahora?

— YPFB dejó de ser una empresa residual, acumulaba pérdidas durante muchos años antes de la nacionalización. 10 años antes de la nacionalización, desde 1996 hasta 2005, las utilidades con las que contaba YPFB solo llegaban a $us 161,45 millones. Estamos hablando de un promedio de $us 16,14 millones por gestión que, estoy seguro, para una empresa petrolera tener este nivel de utilidades hacía que se encamine a una muerte por las condiciones que se habían marcado.

Sin embargo, este contexto fue totalmente distinto cuando, después de la nacionalización, YPFB se fortalece, asume toda la comercialización de hidrocarburos, asume como brazo operativo todas las actividades de la cadena. Y en estos últimos 10 años esos $us 161 millones pasaron a ser $us 5.000 millones que se ha tenido como utilidad, lo que permite su reinversión en nuevas actividades como en industrialización (...).

Todas las empresas subsidiarias, antes de la nacionalización, tenían utilidades de $us 824,4 millones, hay que ser conscientes que estas utilidades no se quedaban en Bolivia y no se reinvertían en el país sino que eran utilidades de trasnacionales que se iban fuera de nuestras fronteras. En estos 10 años las utilidades llegaron a $us 3.109,2 millones. Otra vez estas empresas están en su obligación de garantizar la operación en todos los eslabones de la cadena, reinvierten el dinero para beneficiar a la población.

— ¿Cómo fue la evolución en la producción del gas, petróleo y sus derivados?

— Hemos pasado de 2005, antes de la nacionalización, con 30 millones de metros cúbicos día de producción de gas a hoy tener 60 millones de metros cúbicos día. Y también en el tema de líquidos hemos pasado de tener una producción de 51.200 barriles por día a una producción (a finales de 2015) de 60.000 barriles por día.

Un dato muy importante es que la capacidad con la que nos habían dejado en nuestras dos refinerías era una capacidad de proceso de 39.500 barriles por día. Santa Cruz y Cochabamba, en su conjunto, sumaban esa capacidad. Hoy, sin embargo, hemos incrementado esa capacidad con la reinversión de estas utilidades de nuestras empresas subsidiarias y tenemos una capacidad de procesamiento de 64.350 barriles por día, hemos incrementado en un 63% esta capacidad.

Así se permite que hayamos incrementado también la producción de gasolina y diésel. En el primer caso, hemos pasado de producir anualmente 589.173 metros cúbicos a producir 1.093.367 metros cúbicos de gasolina especial, hemos tenido prácticamente un crecimiento en la producción de este carburante de un 185%.

Esto ha sido orientado en función a garantizar un abastecimiento en nuestro mercado boliviano y principalmente de reducir la importación de este combustible. Si antes teníamos una necesidad de importar mensualmente de 25 a 30 millones de litros, hoy esta necesidad ha quedado en cero y en algunos meses, en que tenemos mantenimiento en nuestras refinerías, oscila entre 5 a 7 millones de litros (...).

De igual forma, en el tema de diésel, también hemos tenido un crecimiento importante, hemos pasado de producir 707.878 metros cúbicos al año, a producir 1.5.223 metros cúbicos por año, hemos crecido un 142% en la capacidad de producción de diésel. Si antes nuestra balanza comercial de diésel hacía que requiramos importar entre un 65% a un 70% de la demanda de este combustible, hoy prácticamente el escenario ha cambiado, la producción nacional de este combustible oscila entre un 60 a un 65%. Entonces producimos más e importamos menos.

Esto también ha permitido que tengamos que hacer inversiones en todo lo que es el sistema de transporte, tanto de gas como de líquidos. Los 10 anteriores años en todo lo que es el sistema de transportes se habían invertido $us 476 millones. En estos 10 años de nacionalización se han invertido $us 1.036 millones, un 118% de crecimiento, y esta inversión ha estado orientada a garantizar el abastecimiento interno y también nuestros compromisos de exportación.

Lo mismo pasó en el tema de GLP, y creo que esto es lo más importante considerando el aporte que han tenido nuestras plantas de separación, que prácticamente son el puntal de nuestra industrialización. Hemos pasado de producir 338.467 toneladas métricas a producir 455.896, hemos incrementado un 34% la producción de GLP, y principalmente se ha garantizado que hoy Bolivia sea un referente en la región de exportación de este combustible.

Estamos exportando volúmenes a Paraguay y Perú. Al Paraguay para cubrir el 100% de su demanda, a Perú para cubrir el 100% de la demanda que se tiene en el sur de ese país y en donde también los beneficios económicos a partir de esta exportación son nuevos.

De igual forma hemos establecido para llegar al consumidor final, inversiones importantes en estaciones de servicio, son más de 42 en todo el país, en todos los departamentos, donde hemos hecho inversiones en lo que es el abastecimiento de gasolina y diésel, pero también en GNV (...).

Hoy podemos ver que la política de nacionalización ha establecido fundamentalmente que el gas es primero para los bolivianos. Esto se ha expresado en el número de instalaciones de redes de gas que tenemos a nivel nacional. Desde la nacionalización tenemos 563.000 nuevas instalaciones a diferencia de las 28.000 que se habían hecho en el periodo anterior a la nacionalización. Estas 28.000 instalaciones eran personas que tenían las condiciones económicas para contar con el gas porque tenían que pagar su instalación, mas hoy todo ese costo es respaldado y ejecutado por el Estado y por YPFB.

— ¿Qué aspectos destaca de la industrialización?

— Ya se han terminado tres importantes plantas: Río Grande, Gran Chaco y el proyecto GNL, este último creo que el más destacable, porque a pesar de que existen zonas alejadas del sistema de transporte por ductos, como el norte de nuestro país, a través de una distribución virtual se van a poder abastecer de gas natural.

También la Planta de Amoniaco y Urea que está en proceso de construcción con más de un 88% de avance. A final de año Bolivia y YPFB serán exportadores de urea en la región. Se han invertido en estos 10 años en estas cuatro plantas $us 2.099 millones y estamos a puertas de consolidar esta industrialización con la Planta de Propileno y Polipropileno.

Este 1 de mayo nuestro Presidente hará el anuncio oficial de la licitación internacional que se tendrá para la construcción de esta planta. Será una inversión histórica no solo en el sector, sino a nivel de Bolivia, son más de $us 1.800 millones que se invertirán en la construcción de esta planta.

Creo que todos estos hitos han marcado que la nacionalización ha sido una decisión correcta no solo a corto plazo, sino estableciendo las condiciones para poder pensar a futuro en continuar con esta expansión de las actividades de la cadena y consolidar a Bolivia como el corazón energético de Sudamérica.

Perfil

Nombre: Guillermo Luis Achá Morales

Nació: La Paz-1981

Profesión: Administrador de Empresas

Cargo: Presidente Ejecutivo de YPFB

Experto en comercialización

Se graduó en Administración de Empresas en la Universidad Católica Boliviana (UCB). También tiene estudios de posgrado en petróleo y gas en la Universidad Privada Boliviana (UPB). El 5 de febrero de 2015 asumió el cargo de Presidente Ejecutivo de YPFB Corporación. Antes de ser posesionado como titular de la petrolera estatal, desempeñó actividades en las áreas de mayoreo y abastecimiento de esta empresa. Desde 2006 inició su carrera en YPFB y se desenvolvió en diversos cargos. Desempeñó funciones como técnico en programación de combustibles, jefe de Abastecimiento Nacional, director nacional de Comercialización de Hidrocarburos Líquidos, gerente nacional de Comercialización, vicepresidente nacional de Operaciones y gerente general de YPFB Refinación.

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